Capítulo 35: Química sexual

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Pov Dylan

— Entonces creo que deberíamos comenzar a escribir nuestro próximo álbum.

— Aún es muy pronto, casi no han procesado el último, yo quiero unas vacaciones.

La discución entre Óliver y Bastian se me hacía lejana mientras veía desde la sala como Alexa y Gwen decoraban galletas.

A pesar del día largo que hemos tenido con diversas grabaciones ella siempre tiene tiempo para su hija...

Nuestra hija.

¡Rayos! ¡Que bien sonaba aquello!

— ¡Dylan! —Mi nombre resuena en mis oídos gracias a mis audífonos y le dirijo una mala mirada a Drake a través de la pantalla de mi laptop—. Oigan, creo que nuestro compositor está inspirado para otro album —bromea con los demás quienes ríen.

— Jódanse —expreso.

— Vamos, pareces más feliz que político recién electo —comenta Óliver.

Y no lo puedo negar. Desde hace dos semanas el doctor Anson no me jode la existencia, la mujer que amo sabe la verdad y estamos recuperando nuestra confianza, mi hija aun no me dice papá pero tampoco ha encontrado (aun) mi escondite de chocolates, las grabaciones de la película van bien...

— Supongo, que al fin parece que todo se está poniendo en su lugar —menciono.

— ¡Esposa!

Abro mis ojos con sorpresa, aquella voz no solo llama mi atención, sino a los de todas las personas que ocupan la casa.

— ¿Camila? —Alexa sale de la cocina y veo a la peliblanca correr hasta ella, abrazándola, como si no la hubiese visto en siglos—. ¿Qué haces aquí?

— Vine a ver a mi mujer ¿Qué más? —cuestiona divertida

— ¿Mi mujer? —pregunto incrédulo.

La chica me observa y me sonríe con cinismo, tomando por las caderas a MI chica para acercarla a ella.

— Si, mi mujer, ¿algún problema?

Hago una mueca.

— Creo que los años te dieron mucha confianza, canosa.

Y se indigna.

— ¡Te dije que mi cabello es plateado! —chilla.

— Canosa —reitero.

— Alexa, no sabía que eras bisexual —cometa Eimi mirando todo con curiosidad.

— No soy bisexual, me gustan mucho los... —Me da una mirada discreta y elevo una de mis cejas, muerdo mi labio inferior y sus mejillas se sonrojan, resaltando sus hermosas pecas—. Los hombres, si, los hombres —termina su frase nerviosa y casi quiero partirme de la risa.

— Oye amigo, creo que después hablamos, se me hace que tienes un pequeño problema en casa —Bastian cuelga sin darme tiempo a responder.

— Ya en serio Mily, ¿que pasa? —Le pregunta nuevamente la castaña.

— Vine a decirte que tenemos una reunión con las chicas mañana —aclara emocionada y Alexa la mira incrédula.

— Saben que mañana tenemos grabación, ¿cierto?

— Lo sé, pero terminan al medio día porque es el cumpleaños del hijo del director —dice divertida la canosa—. Y quise hablarlo en persona.

— Oye, ¿y no hay otra invitada? —Jade se cruza de brazos y Camila la observa como si en ese momento fuese que se diese cuenta de su presencia.

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