Capítulo 32: Contrato

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Pov Alexa

< Maldito. >

Esta es la quinta vez en el día que Dylan ha tenido éxito en huir de mí.

No sé que rayos podría sarle tanta vergüenza como para huur cuando tuvimos sexo a la interperie, despertamos juntos en los asientos traseros del coche y me dio el oral de mi vida con el tío de mi exprometido delante de mi escritorio.

En serio, a este ser no debería darle vergüenza nada.

- Hola amor -saludo cuando descuelgan la llamada.

- Mami -escucho a mi hija y sonrío-. ¿Cómo estás?

- Bien mi estrella, ¿y tú?

- Te extraño -dice bajito-, además tío Chris no tiene chocolates y no puede jugar conmigo, dile a Dylan que me guarde chocolates.

Una pequeña sonrisa se asoma a mis labios ante la mención del pelinegro.

- Te agrada, ¿verdad? -cuestiono.

- Si -admite ella-, es muy divertido jugar con él.

Miro el techo y una parte de mí se imagina el como habría sido mi vida en otra situación, tal vez si hubiese insistido más en vez de encerrarme en el dolor de una vaga excusa.

Tal vez ahora todo podría ser diferente, pero ya no había vuelta al pasado.

- Me alegra que se lleven bien -admito con sinceridad-. ¿Te estás divirtiendo con tía?

- Si, estoy cuidando mucho a mi primo, ¡y lo bañé! -chilla alegre-. Mami, ¿cuando papá volverá? Hace mucho no lo veo.

- Él...está muy ocupado, es todo -justifico con un nudo en mi garganta.

- Está bien -dice y escucho la voz de mi hermana nombrándola-. Debo irme mami, buenas noches.

- Buenas noches amor -Me despido y cuelgo.

Miro a mi alrededor, la sala de la residencia está vacía, Edgar se fue a cenar con mi querido mánager y Eimi, Jade y Jeremy están filmando escenas nocturnas mientras a Dylan y a mí nos dieron la tarde y noche libre.

El pelinegro cada vez aue me ve literslmente sale corriendo. Que infantil es.

El timbre de la casa suena y frunzo mi ceño, extrañada.

Salgo de casa, llendo hasta la entrada que está cerrada con aquella reja metálica. A medida que me acerco puedo divisar mejor la silueta humana tras esta.

< ¿Kail? >

Me acerco a él y abro la reja, dejándolo pasar. No esperé verlo ahora, y no se si estoy preparada para enfrentarlo en este momento.

- Hola -saluda, solo nos separan un metro de diatancia, pero ahora se siente como si hubiese un muro gigante en el medio.

- Hola -respondo al saludo, sintiéndome algo incómoda con la situación.

Lo siento dar un largo suspiro, estaba preparada para escuchar hasta el día en que me iba a morir, porque realmente lo merecía, pero lo que hizo me dejó confundida por completo.

- Toma -Me extendió una carpeta, con muchas dudas la tomé-. Ahí están todas las respuestas que necesitas.

- ¿De qué hablas? -cuestioné.

- Eso de ahí... -hizo una pausa, mirando al suelo-, es el pasado.

< ¿El pasaso? ¿Se refiere a...? >

- Kail -Lo nombré, dando un paso para acercarme, pero al ver que retrocedió me detuve.

Por fin sus ojos depararon en mí, en su mirada oscura cristalizada pude ver el dolor que sentía.

Perfectamente conectadosWhere stories live. Discover now