Te necesito | Rickyl

Capítulo 42

Daryl Dixon;

Perdí la cuenta de los años que tenía sin ver el océano. De hecho, nunca fui muy fanático de la playa; nunca fui muy fanático del agua en general, pero Rick de alguna manera sabía que en el fondo sí quería visitar la playa al menos una vez más antes de marcharme de este podrido mundo.

El agua estaba extremadamente helada. Le sonreí a Rick intentando ocultar lo mucho que me jodía el frío en los pies y apreté su mano sin querer.

- ¡Auch! - Exclamó, mirándome preocupado.

- Disculpa. Está fría - Dije con la cara arrugada.

- Conozco un truco para eso. ¿Quieres saber cuál es? - Preguntó juguetón. Más le vale que no sea que lo que pienso, porque no hay manera de que acepte.

- No. No quiero saber - Respondí odioso y me alejé del agua - Fue divertido tocar el agua. Gracias, Rick - Me di la vuelta, le solté la mano y empecé a caminar de regreso.

No tardó en correr hacia mí y cargarme sin consentimiento sobre sus brazos.

- Rick. No puedo. Por favor no. Está jodidamente fría - Le pedía piedad, pero cada palabra que decía en temor era gasolina para su diversión.

Me moví lo más fuerte que pude para soltarme, pero el castaño me sostenía con todas sus fuerzas. Lo único que escuché antes de sumergirnos al agua, fueron sus hermosas carcajadas de niño malvado. De un momento a otro ya estaba bajo el agua más helada que había sentido en mi vida, pero... se sentía bien.

Salí del agua y agarré aire. Me sentía relajado. Mi cuerpo se había acostumbrado a la temperatura del agua más rápido de lo que pensé y no podía creer lo bien que se sentía.

- ¿Entonces, Daryl? ¿Te gustó mi truco o no? - Dijo mirándome desde arriba, sonriendo con toda la cara llena de agua.

Seguía cargándome como si fuera un bebé y volteé los ojos ante su pregunta burlona. Justo en ese momento de extrema comodidad me detuve para mirar el hermoso paisaje que se encontraba frente a nosotros. El sol estaba escondiéndose, dándole paso a la noche, lo que pintaba el cielo de un color naranja muy intenso, con toques de azul oscuro.

No podía creer lo que estaba viendo. Estaba frente a uno de los paisajes más hermosos que había visto en mi vida, mientras era cargado por el hombre más hermoso que había conocido en mi vida, dentro del agua más cómoda que había sentido en mi vida.

Y pensé: "Tal vez la vida no es tan mala como pensaba".

En ese mismo momento Rick me dio un beso muy despacio en las mejillas.

- No sé cuáles sean tus pensamientos, Daryl, pero espero ser parte de ellos - Susurró tras darme el besito.

- S-Siempre eres parte de mis pensamientos - Dije sin pensarlo mucho, admitiendo la verdad.

Volteé a ver sus ojos y me di cuenta de que entre el mar y ellos no había mucha diferencia. El azul era casi idéntico. Me quedé hipnotizado viéndolo mientras él sonreía mostrándose muy feliz y enamorado. Y a decir verdad, yo estaba igual.

Fue justo en ese momento que sentí cómo algo cambió en mí. Esa oscuridad que Negan había plantado en algún lugar muy profundo de mi ser se desvanecía rápidamente con cada latido acelerado que Rick provocaba en mí. Me sentía feliz otra vez. Muy, muy feliz.

- Rick. Me haces la persona más feliz del mundo. Gracias por amarme tanto - Dije suavemente mientras ocultaba mi cabeza en su cuello. No acostumbro a expresar con palabras sentimientos tan intensos como este, pero di lo mejor de mí para que lo escuchara.