Capítulo 34

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Daryl Dixon;

Todo era tan oscuro... Apenas y podía ver un destello de luz que entraba por un pequeño agujero de la puerta oxidada. El oxígeno era casi nulo, de tal manera que mis cabellos estaban húmedos, y ni hablar de mi ropa. Realmente estaba sudando en exceso.

La cabeza me dolía de una forma jodidamente bestial, no sé si era por el fuerte golpe que recibí en la nuca y me hizo caer desmayado, o por la confusión, el estrés y el maldito calor que tenía en ese momento por estar encerrado en ese puto lugar.

¿Dónde mierdas estoy?

- ¿Rick? -

No hubo respuesta.

- ¡¿Rick?! - Me intenté levantar del suelo, apoyando mis manos; las cuales temblaban, para ayudarme a poner de pie.

Di escasos pasos hacia adelante para darme cuenta de que estaba en un tipo de habitación/celda. Me apoyé sobre la pared e intenté ver a través del agujero.

Solo podía visualizar
una mesa y una silla. No había nadie cerca, o al menos eso es lo que pensé.

- ¡¿Dónde carajos estoy?! - Grité a todo pulmón, sintiendo cómo el dolor en mi cabeza se hacía cada vez más fuerte.

Estuve así por tanto tiempo que podría jurar que era una maldita pesadilla. No podía recordar muy bien... Aún mi cabeza dolía.

Frustrado y sin alientos me dejé caer al suelo con la espalda apoyada a la pared.

...

- ¡Suéltenme hijos de puta! -

Unos hombres me habían sacado de ese infierno y estaban llevándome de brazo en brazo a quién sabe dónde. Comencé a moverme bruscamente para poder librarme de su agarre, pero como consecuencia, uno de ellos me golpeó la cara. A los pocos segundos sentí que me sangraba la nariz.

- Quédate quieto, animal - Ordenó uno de los bastardos que me llevaba.

Cuando finalmente llegamos, me hicieron arrodillar en el suelo para después amarrarme las manos. Miré hacia atrás y los dos sujetos se largaron, dejándome solo en aquel extraño lugar. Mi sangre hacía un largo rastro hasta donde me encontraba tirado, y al final del pasillo, pude apenas notar la sombra de dos hombres hablando.

¿Dónde estoy? ¿Estarán todos bien?; ¿Rick estará bien?; es lo único en lo que podía pensar.

- Daryl, Daryl, Daryl... - Una voz grave y desconocida se escuchó desde la lejanía del pasillo de atrás.

Un hombre de alta estatura se aproximaba a mis espaldas. Volteé hacia al frente y suspiré. Podía sentir un aura de peligro viniendo desde aquella silueta. Cerré los ojos y suspiré. Cada paso que daba era más acojonante que el otro.

Luego de esperar a que llegara, pude verlo bien... Muy alto, robusto, cabello corto, poca barba y ropa de motoquero. ¿Quién mierdas es este tipo y cómo es que sabe mi nombre?

- Daryl, ¿No piensas saludarme? - Sonrió y pasándome por un lado, se sentó en la silla frente a mí.

Permanecí callado. No hice sonido alguno, ni me moví, ni suspiré. Nada. No me nació hacer absolutamente nada. Con mirarlo fijamente era suficiente.

- Oh, por favor. No me digas que te comió la lengua el ratón. Se supone que esta tendría que ser nuestra divertida primera reunión... Ya sabes, siempre es necesario dar una buena impresión cuando conoces a alguien - Solo hablaba irónicamente con un tono de gracia, pero realmente no me parecía nada divertido.

- Muy bien... ¿Qué tengo que hacer para que me hables? -

- ¿Dónde está Rick? - Pregunté entre dientes, ignorando su estúpido intento de presentación.

Te necesito | RickylWhere stories live. Discover now