Te necesito | Rickyl

Capítulo 38

Daryl Dixon;

La mentira más sucia y absoluta que jamás había dicho salió de mis labios en un tono agrio y sin vida.

"Te amo" Deseaba gritárselo con todas mis fuerzas, pero por esa misma razón tuve que mentirle de la más vil manera... Porque lo amo.

- ¿Q-qué? - Preguntó sin poder creer lo que había escuchado.

Sus ojos azules se llenaron de lágrimas rápidamente, pero no dejó que ninguna se escapara. Su mirada estaba fija en mi rostro y aún así algo en él mostraba una gran perdición. Rick estaba roto, de rodillas frente a mí y aunque era yo el culpable, él no era el único que se había quebrado.

Con la boca semi-abierta, sollozó tras dejar caer su cabeza hacia el frente. No dijo nada, simplemente lloró en silencio mientras lo observaba desde arriba y luchaba contra mis impulsos de caer al suelo y desahogar todo el llanto aguantado que hacía doler mi garganta.

- Tu cuello - Sentí un fuerte escalofrío recorrer todo mi cuerpo al escuchar su voz ronca y quebrada.

Levantó la mirada y apretó la mandíbula al verme. Su cara estaba roja al igual que sus tristes ojos y las venas en su cuello se remarcaban notoriamente.

- Eso que hizo Negan en tu cuello... ¿por eso es que no me amas? - Dijo con la voz rasposa.

- N-no - Negué con la cabeza varias veces y mordí mi labio inferior para aguantar.

Se levantó mirando al suelo y secó las lágrimas en sus ojos y mejillas con el brazo derecho para luego acercarse lo más que pudo y mirarme fijamente. De pronto, rió levemente y se cruzó de brazos después de rascar su barba.

- ¿Sabes qué, Daryl? Yo sí te amo, te amo tanto que daría mi vida las veces que sean necesarias para verte sonreír otra vez y no sé... - Suspiró fuertemente - No sé si es cierto que no me amas, pero yo a ti sí y me encargaré de sacarte de aquí, como sea. Lo haré - Sonrió con los ojos llenos de lágrimas.

La puerta se abrió casi que de inmediato unos segundos luego de escuchar las palabras de Rick, las cuales finalmente me hicieron soltar varias lágrimas haciéndome sentir miserable por lo que le dije, pero así tenían que ser las cosas. Negan se dejó ver al entrar a la habitación y nos miró como si estuviéramos locos, como si no supiera porqué ambos estábamos llorando.

- Adoro los finales felices - Exclamó exagerando un movimiento de alegría y sonrió.

- ¿Acaso murió alguien? Vamos, somos todos hombres. Puedo ofrecerles un servicio gratuito de una de mis novias. Ningún hombre se negaría a tal propuesta - Posó su mano sobre el hombro de Rick, quien me miraba fijamente sin expresión alguna.

Sabía muy bien que Negan estaría escuchandonos o incluso viendonos dentro de su oficina, por ello no quise arriesgarme. La vida de Rick está en mis manos y haré lo necesario para mantenerlo en este mundo, incluso si no está a mi lado.

- Sácame de aquí - Dijo Rick entre dientes.

- Con mucho gusto, querido lider - Negan sonrió y caminó hacia la puerta.

El sheriff lo siguió y me miró con ojos llorosos una última vez antes de salir de la habitación y desaparecer de mi vista.

- Maldita sea - Gruñí y pateé una pequeña mesa sobre la que habían unas extrañas esculturas de madera.

La mesa cayó bruscamente al suelo y un gran estruendo inundó la habitación, ya que además, otros adornos de vidrio se quebraron al tocar el suelo.