𝐍𝐢𝐧̃𝐚 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚| Norman

〖 𝟎𝟏 〗

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La chica corría mientras disparaba flechas a puntos específicos, detrás de ella un demonio cabalgando en un caballo, la chica de cabellos (c/c) lanzo una flecha hacia un árbol donde dio justo en el blanco, detrás de ella apareció ese demonio pelirrojo con su arma colocándola a la altura de su cuello.

—Nunca bajes la guardia— hablo seriamente.

—No lo hago— susurraste tomando una flecha para dispararle.

Sung-joo sonrió satisfecho, revolvió los cabellos de la menor la cual sonreía con timidez, ambos caminaron por el bosque mientras que el demonio recalcaba algunos consejos para mejorar.

No recordaba ni cuantas semanas llevaba con esos dos demonios, pero estaba segura de que le habían ayudado demasiado a mejorar sus habilidades, había aprendido a cazar, el uso del arco, memorizado los mapas, distinguir entre planas medicinales y las comestibles. Mujika y Sung-joo se portaban como sus padres, la pequeña estaba agradecida con ellos por cuidarla.

La femenina les contó a ellos acerca de su vida al igual que ellos, lo sorprendente era que Mujika y ella no eran de todo diferentes, incluso podríamos decir que son similares, la diferencia es que una de ellas es demonio y la otra es una semidemonio.

—¿Estas bien?—cuestiono el pelirrojo—. Te notas distraída.

—Estoy bien—contestaste—. Solo que, uh... bueno, quería preguntarles algo.

—Dinos, ¿qué ocurre?—dijo la mujer.

—Ustedes, ¿han tenido contacto con humanos?—cuestionaste.

Ambos se quedaron cayados y negaron con la cabeza.

—Nunca, ¿a qué se debe esa pregunta?—te pregunta Mujika.

—Es que, he tenido curiosidad, algunos me decían que parecía humana, no sé a qué se referían con eso, jamas vi un humano o por lo menos con vida, siempre los veía en frascos para ser comida, me daba asco eso—confesaste—. Nunca comí carne humana, pero...tan solo quisiera saber por qué los humanos son comida, ¿son malos? ¿Peligrosos?

—No creo que lo sean, por lo menos quiero creer eso—confeso la peli lila.

—Escucha T/N, los humanos jamas han sido vistos aquí, sin embargo, debes saber que ellos son criados en granjas, algunos viven una vida normal y otros simplemente viven en deplorables condiciones—comento Sung-joo—. Quizás nunca tuviste la necesidad de probar carne humana, pero hay quienes dependen de eso para sobrevivir.

—Esto me resulta muy cruel, aunque igualmente cazamos y eliminamos una vida para vivir, pero así será siempre, es decir...¿habrá demonios que coman demonios? ¿Humanos que coman humanos? O, peor...Humanos que coman demonios.

—No te mortifiques en eso—contesto Mujika.

—Vamos, debemos avanzar—dice el pelirrojo.

Asentiste tomando tu máscara, te la colocaste al igual que la capucha, tomaste tu arco con algunas flechas, siguiendo a ambos demonios, simplemente parecían vagar de un lugar a otro, sin un rumbo fijo, pero quizás todo eso cambie, o eso era lo que esperaba la joven suspirando pesadamente al pensar en los humanos.

Un grupo de niños se encontraba huyendo de un grupo de demonios, se habían topado con un demonio salvaje, los recordaban bien, sus largas manos, esa piel, esos colmillos, su mandíbula; si no escapaban serian comidos o cazados, sabían que ese demonio no era inteligente, no se iban a intimidar con algo así, habían entrenado sus capacidades físicas, eran niños muy fuertes después de todo.

Lo inesperado llego cuando un azabache se vio rodeado por un grupo de demonios con inteligencia, los recordaba, eran como los que se habían llevado a su hermana de nombre Conny; sin embargo, él no se iba a dejar atrapar o peor un, arriesgar su vida, no de nuevo, lo tenían acorralado, pero no todo saldría a su favor, ¿o si?

—Por aquí, vengan por aquí.

—¿Una persona normal...?

—¿Es una chica...?

—Síganme—comento.

—Espera, ¿quién eres?—dijo una peliverde—. ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué estás haciendo en un lugar como este...? Muestra tu rostro.

—¿...Gilda...?

Están llegando más de ellos, de la derecha, izquierda y por detrás, el chico estaba completamente rodeado de esas criaturas, lo peligroso era que no eran como los salvajes, no hacen movimientos inútiles, está todo planeado, tienen buenas habilidades, no lo atacan, ya que es una "calidad prémium", pero tratan de cansarlo para poder atraparlo, cayó al suelo cansado, estaba rodeado.

Mientras un hombre sobre un caballo apareció cabalgando, posada detrás de aquel hombre había otra figura la cual empezaba a dispararles a esos demonios justo en su punto débil, el hombre tomo al menor de su mochila.

—¡Sube, ahora!

Minutos más tarde la (c/c) se encontraba observando a los pequeños desde una esquina, había curado las heridas de todos, aunque no quería revelar su "rostro", a lo lejos estaba Sung-joo diciéndole algo a los pequeños, este se acercó a ella susurrándole algo.

—Iré a buscar a Mujika, seguro se desvió en el túnel—comento—. Cuida de estos niños.

—Claro, me encargaré.

Este se fue dejando a la chica con los menores, estos la miraban con curiosidad aunque esta solo sonreía con amabilidad, incluso se acercó a ellos, aunque ellos sentían curiosidad por ella y las otras dos personas, no estaba preparada para responder, pronto fue ayudarles a los pequeños a estar cómodos. Escucho unos pasos apresurados, luego vio a una chica de cabellos naranjas.

—¡¡Emma!!— gritaron.

—Están todos...¿Bien...?—cuestiono y los demás asintieron.

—Siento el haberte asustado tanto—comento retirando su capucha—. Nosotros realmente no queríamos darte problemas, soy Mujika, él es Sung.joo y ella es T/N.

—Un placer—mencionaste quitando tu capucha.

—Nosotros no comemos humanos, así que relájate, no tenemos ninguna intención de dañarte a ti o a tus amigos.

En eso empezaron a servirles comida, la demonio de ojos (c/o) los observaban con ternura y los niños agradecidos le sonreían y la abrazaban, luego esta se sentó cerca de Mujika, y cruzo sus manos para rezar.

—Bendito y puro es este alimento, y somos benditos somos nosotros que ahora tomamos de él, con gratitud a todas la vida en el cielo y en la tierra, decimos, gracias por la comida—rezo Sung-joo.

La chica ayudó a los pequeños a instalarse, ayudándoles a colocar mantas y linternas, los pequeños la observaban con admiración, les parecía una demonio hermosa.

—T/N, me ayudas con los pequeños, si no es molestia—pidió Gilda.

—Claro no hay problema—sonreíste—. Entonces pequeños, vamos a dormir, deben estar cansados.

—¡Sí! Estamos cansados—comentaron.

Sonreíste, habías conocido a unos niños humanos demasiado amables y tiernos. Los arropaste y les diste beso como si fueras su madre. Mirabas como los dos mayores caminaban a donde estaba Sung-joo, quizás iban a pedir respuestas, miraste a la peli lila la cual te sonrió.

La pregunta que rondaba era...¿qué ha pasado en estos años?

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