𝐍𝐢𝐧̃𝐚 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚| Norman

〖𝟎𝟗〗

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Por más que pesé la desesperación, por más que el peligro espera a aquellos que se atrevan, vamos a prevalecer, la fe en nuestros amigos nunca fallará.

En ese lugar, un juego de cacería humana, que deja la sangre, el miedo, el dolor y la frustración de aquellos que sobreviven, con miedo a que esa melodía resuene por el lugar, siempre alertas, nunca se baja la guardia, Goldy Pond. El lugar, que alguna vez fue creado por Willam Minerva como un escape, hoy en día es la sede de masacres para saciar el instinto depredador de esas criaturas o "demonios".

Un grupo de niños, junto a un adulto, serán capaces de destruir ese lugar, bueno, las cosas no están saliendo nada bien, hay heridos, aunque la victoria está lejos de ser lograda, mataron a los demás, pero eso nos deja con el jefe final. Emma está a cargo de acabar con él, o eso pareciera.

—Siento el aroma a sangre por la zona—murmuraste.

—¿La percibes?—preguntó el mayor.

—Sí, me dan náuseas—comentaste asqueada.

Caminaron por unos instantes, sentías más fuerte el olor a sangre, empezaste a caminar de forma sigilosa, el hombre y Ray te siguieron, te colocaste tu capucha, miraste a una persona, el azabache se acercó con cautela, tomando su hombro y haciéndole una señal de silencio.

—No parece como la típica casería de recreación... ¿O las cosas cambiaron estos últimos trece años?—dijo el mayor.

—¿Cuál es la situación?—cuestiono Ray—. Explícalo y hazlo rápido.

La joven de nombre Violett los miraba con asombro, estaba sorprendida, tú por tu parte mirabas a todos lados, sosteniendo tu arma, tu capucha cubría tu rostro, no querías asustarla.

—Oye, ¡tranquilízate! ¡¿Cuál es la situación?!—volvió a decir Ray.

—Esta es una insurrección, por la humanidad—eso los asombró—. Hemos puesto en movimiento... Una estrategia ideada durante los últimos 13 años, por Lucas.

Miraste al mayo el cual se tensó al escuchar ese nombre.

—Mi escuadrón logró eliminar uno de los monstruos, sin embargo, si no matamos el oro en los próximos 2 minutos... No, si no lo hacemos ahora mismo, entonces perderemos, Lucas, Emma, todos nosotros—terminó de explicar.

—Entendido—comentó el mayor—. Cambio de planes, mataremos a ese demonio.

—Uh, lo siento, pero... ¿Solo así como así?—cuestionó exaltada—. ¿No quieren saber más? Acerca de...

—Descuida—comentaste tú—. Elegiste tus palabras cuidadosamente, todas ellas fueron directamente relevantes, conoces a Emma, seguramente ella te hablo de nosotros, ella sigue viva y se unió a su insurrección, pero si no matamos a esa cosa, ella estará en peligro—tomaste tu arma—. Pero aparte de eso... Aún hay dos o tres cosas que tenemos que discutir.

—Se están tardando demasiado, retrocedan chicos—dijo el mayor.

—¡Espera! ¡Los disparo de rifle no funcionan en ese monstruo!—grito la de cabello violeta.

—Lo sé...

Te agachaste colocando tu arma sobre una rodilla, entre los arbustos te ocultaste, miraste atreves del visor del arma, apuntaste al punto débil, respiraste y apretaste el gatillo, sonreíste levemente y miraste de reojo a los tres.

—¡¿Lo hiciste?! Pero... Como...—dijo asombrada.

—Te vuelves un francotirador, chica, así es como lo haces—le disparo al demonio por precaución —. ¿Entonces donde está la enana? ¿La chica antena?