𝐍𝐢𝐧̃𝐚 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚| Norman

〖𝟏𝟑〗

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Los disparos y las balas perdidas no cesaban, soldados muertos, la sangre manchaba el suelo, aquello era un campo de guerra, Yuugo y Lucas disparaban, lastimosamente uno de los soldados noto su debilidad. Unos escombros cayeron sobre Yuugo, afortunadamente disparo y saco a su compañero apenas consiente, las balas les atravesaron los chalecos, apenas el pelirrojo podía mantenerse despierto, el soldado presentado antes, Andrew los seguía de cerca, quería acabar con esas "plagas", pero quizás no eran la única amenaza.

—Muévanse, escuche algo cerca—indico un soldado.

Uno de ellos apunto a un oscuro rincón, no se escuchaba nada, pronto sintió unos pasos cada vez más cerca de él, antes de que disparara, una bestia salto sobre él, al estar de espaldas observo unas garras grisáceas, unos ojos brillantes de (c/o), apunto el arma, disparo, la criatura gruño molesta, se lanzó al hombre mientras sus colmillos se clavaban, en la piel del hombre. Los gritos de dolor y sufrimiento fueron escuchados, algunos soldados soltaron bombas de gas, mal plan, esa criatura empezó a atacar a todos, gruñía con furia, rasguñaba, mordía, los estaba comiendo.

Esa criatura eras tú.

No tenías conciencia de lo que hacías, tenías hambre, tus instintos salvajes salieron a la luz, tu boca babeaba mientras tu lengua saboreaba la carne, eras igual que los de tu raza. En tu boca estaba lo que parecía ser un brazo, lo soltaste cuando escuchaste un disparo de un rifle que conocías, el aroma te llevo a levantarte y correr.

Pasos apresurados, disparos, sangre, gritos de dolor, el pelirrojo estaba herido, podrían morir, aun así.

—No bajes la guardia— escuchaste.

Miraste a ese azabache en el suelo, sangrando y herido, tú"padre" Yuugo, estaba por morir, Lucas a su lado parecía estar dormido, miraste al hombre que te apuntaba, giraste lentamente la mirada, furia se detonaba de tu mirada, querías comerlo, destrozarlo, comer su cerebro, su carne, nada te detenía, habías probado un bufete.

—¡¿Quién eres?!—grito el de lentes.

No respondiste, tus ojos miraron a los heridos, titubeaste, tu lengua paso por tus labios, los saboreabas, ambos adultos inteligentes.

—¡¡T/N!! ¡¡Reacciona!!—grito Yuugo con sus últimas fuerzas.

Un disparo te detuvo, Andrew te había disparado, en el hombro izquierdo, dolía, te giraste molesta y corriste, un disparo en tu abdomen te hizo caer, apunto a tu cabeza, la perdida de sangre quizás te hizo reaccionar, escuchaste el susurro de Yuugo, tus ojos se cristalizaron, tu mente proyectaba la imagen de esos niños.

¿Qué hiciste? Te preguntabas, ¿así morirías?, te habías transformado en una bestia igual que ellos, pero así no deberían acabar las cosas, te levantaste, tomaste el arma de Lucas, con tus ojos llenos de lágrimas.

—¡Morirás aquí con nosotros!

Y cuando menos se lo esperaron a los pocos minutos, el lugar exploto.

Ese día se convirtió en noche, y aun así ellos nunca volvieron.