O22;; Se busca

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Capítulo 22: Se busca

En el momento en que Albus cruzó el umbral de la oficina de Severus, Severus selló la puerta rápidamente y silenció el área circundante.

Harry estaba seguramente bastante ocupado en la biblioteca, y considerando el alcance de los encantamientos de rastreo tanto en el niño como en cada entrada de la casa, Severus sería notificado de inmediato en el improbable caso de que el niño intentara irse.

Si el niño se atrevía a ser tan tonto, pensó Severus con ironía mientras se sentaba frente a Albus, quien se estaba acomodando en el gran sillón morado que tantas veces evocaba. Severus se centró en la mirada alerta azul brillante del hombre mayor.

—Con respecto a mi tutela pendiente de Harry—dijo Severus, juntando las manos.—Suponiendo que se acepte...

—No preveo ninguna dificultad significativa—dijo Albus con confianza.—Los ojos y oídos que tengo en el Ministerio deberían anular con éxito cualquier preocupación con respecto a tus antecedentes menos que estelares.

Severus asintió. No había esperado menos.

—Supongo que querrás hablar primero con Harry—preguntó Albus.

—En efecto.

Albus juntó las manos.—Tenía la esperanza—comenzó,—de que pudieras intentar convencer al niño para que hablara conmigo también.

—Le informaré de tu pedido—dijo Severus lentamente.—Pero la decisión quedará completamente en sus manos.

—Por supuesto.

Ninguno de los dos habló durante varios momentos.

—¿Qué hay de mi posición, Albus?—Severus preguntó, sus palabras un duro empalme del silencio contemplativo.

Albus no respondió, la imagen misma de la perplejidad, como si no entendiera la fuente de la preocupación de Severus.

—Soy un Mortífago—soltó Severus.—Más bien, haré el papel de uno en el regreso del Señor Oscuro. Harry estará en riesgo y yo no lo permitiré.

Albus le dio un firme asentimiento, pero no habló. Severus rechinó los dientes.

—¿No es obvio para ti cómo el Señor Oscuro verá la situación?—Severus no se detuvo por una respuesta.—O desconfiará de mí, lo que sin duda resultará en mi muerte, o esperará que use al niño para sus propios fines—Sus hombros se tensaron ante el pensamiento—Prefiero huir del mundo mágico con Harry que ponerlo en peligro.

Severus se detuvo, su respiración corta y enfadada. Hacía tiempo que había lidiado con el arrepentimiento por sus malas decisiones y se había resignado al destino que se había traído, pero esto ya no se trataba de él. Las fechorías de años atrás lo habían llevado a este mismo momento, justo al borde de cambiar para siempre su vida de una manera que había jurado que nunca lo haría. Nunca se casaría ni engendraría un hijo, nunca se abriría al dolor que sin duda les traería, y su existencia solitaria le servía bien a él y a su inevitable final. Qué irónico que el mismo destino que había forjado hubiera llevado a un niño a sus brazos, un niño al que apenas podía dejar ir, que cambió todos sus esquemas.

Finalmente, Albus habló.—Preveí ese suceso en el mismo momento en que encontré a Harry en Londres.

Severus entonces dijo la cosa más tonta que había dicho desde sus primeros años en Hogwarts. O, mejor dicho, desde el día en que aceptó verbalmente la Marca Tenebrosa del psicópata al que estaba eternamente ligado.

—¿Perdón?

Albus continuó.—No tomé la decisión de poner a Harry a tu cuidado a la ligera. Anticipé que podrías formar un vínculo con él, e incluso si no lo hicieras, tu relación con él sería más cercana que la de un maestro de escuela.

Confiar [Severitus]Where stories live. Discover now