Capítulo 21: La actriz

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Observaba a Billie jugando con Lucas y los demás niños.

Desde que presencié aquella conversación con la mujer de la túnica empecé a sospechar de ella. Y claro, cómo no hacerlo... También la quería, estaba completa e irremediablemente enamorada de ella, por eso quería descubrir lo que estaba tramando antes de culparla por nada.

No quisiera cagarla como hice en el pasado.

Llevaba semanas observándola de cerca. Descubrí que tenía un patrón: un día a la semana Linda se quejaba de falta de alimentos justo cuando Billie faltaba en la cena. Yo terminaba antes de cenar para ir al bosque, encontrándomela junto a esa mujer de negro. Le entregaba una bolsa repleta de pan y varias cosas, después la mujer se marchaba con su caballo y Billie tardaba unos diez minutos en volver a la hoguera.

A veces no le entregaba sólo comida, sino también suministros médicos importantes.

Descubrí que me había mentido al contarme que perdió a toda su familia, pues ella y la mujer desconocida hablaban de su madre viva. ¿Qué escondía? ¿Por qué ayudaba a esa gente? ¿Por qué estaba con nosotros, y no con su madre? ¿Qué quería conseguir?

¿Estará actuándolo todo?

—Si me miras por más tiempo acabará por darme un ataque. —dijo acercándose.

Yo me mantuve sentada en la silla con la mirada fija en Lucas, que la miraba orgulloso.

—Es inevitable. —sonreí con falsedad.

Ella me devolvió la sonrisa y se agachó para dejar un beso sobre mis labios. Notó que ni siquiera me inmuté, por lo que me miró extrañada.

—¿Estás bien?

—Sí. —dije poniéndome en pie. Que fuera más bajita que yo era algo que adoraba. —Cuidado con Lucas, ese chaval tiene más energía que tú.

Escuché su risa mientras me alejaba.

Tenía que contárselo a alguien, mantener ese descubrimiento en secreto estaba volviéndome completamente loca. Necesitaba que alguien lo viera con sus propios ojos porque era algo que no entraba en mi cabeza. Recurrí a mi hermana y la respuesta que obtuve fueron risas y más risas.

—Hermanita, no empieces otra vez.

—Te estoy diciendo lo que he visto. No te miento. —me defendí.

—Ya desconfiaste de ella una vez y te arrepentiste tanto que casi ni comías. —dijo. —Además... No puedes negar que esa chica está enamorada de ti, jamás podría traicionarte.

—No lo sabemos. —contesté. —A lo mejor todo es mentira y se ha ganado el cariño de todos, incluida yo, por alguna razón.

—Estás perdiendo la cabeza.

—Si no me crees acompáñame esta noche y lo verás con tus propios ojos.

Los ojos de Joy me analizaron. Parecía que estaba pensando qué decirme.

—Vale, está bien. —terminó diciendo. —Iré contigo para corroborar que se te está yendo la cabeza.

Asentí y salí a paso enfadado de la casa que compartíamos con papá. ¿Por qué era tan difícil creerme? ¿Tan ciegos están todos que la palabra de Billie está sobre la mía? La primera en no creérselo fui yo, que soy su novia. Si yo he podido dudar de ella estoy segura de que Joy también puede hacerlo.

Tarde o temprano terminaré descubriendo lo que está tramando y dejarán de tomarme por una loca desquiciada.

***

La paranoia de QuinnWhere stories live. Discover now