Capítulo 6: Sorpresas desagradables

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Luna sabía que se acercaban a la casa, eso la puso tensa.  Eme sin saberlo iba a conseguir que mataran al enclenque. Esperaba ser la única que captara el aroma. Ojalá solo fuera una característica propia de ella.

- Luna- Al oír su nombre dio un respingo- Tranquila cariño, ven, acércate aquí.

Podía sentir sus miradas a cada paso que daba. Sabía que algo no iba bien pero aun no acertaba a descubrir el qué. El aroma la sacó de sus divagaciones, se hacía cada vez más intenso, rezaba porque Oliver no se diera cuenta. A pesar de que Démian la sacaba de quicio había tomado la decisión de que no quería que muriera y menos por su culpa, y ahora de repente se estaba acercando cada vez más y más a la persona de quién lo debía proteger, su padre.

Al llegar junto a Oliver, este colocó con firmeza su mano sobre el hombro de Luna. Una parte de sí mismo estaba realmente feliz de encontrarse con ella y conocer al fruto del que fue su amor, pero por otro lado, el que realmente le dominaba, se alegraba de su presencia, pero,  por otros motivos mucho más oscuros.

Yanira no apartaba sus ojos de ellos.  Sentía celos, veía la imagen y el odio crecía y se volvía tan inestable como una bomba casera. Aun así estaba bajo las órdenes de Oliver y había sido muy claro. No podría tocar a Luna nunca o la mataría en el acto. Conocía de sobra el plan y sabía cuál era su lugar, en cuanto terminara de hablar con ella, las cosas se tornarían ligeramente dolorosas.

Oliver agarró a una inquieta Luna por los hombros. Parecía que fuera a abrazarla. Mientras le enseñaba un puñal, uno que Yanira había comprado en una tienda de caza, le contaba patrañas. La historia que salía de su boca, hablaba de un puñal sagrado, uno que purgaba el espíritu, que lo dejaba limpio. Según él, fue una herencia, una reliquia familiar de sus antepasados gárgolas.  Ese puñal no solo estaba cargado de mentiras sino que había sido ungido con una mezcla de hierbas un tanto especiales. En contacto con la sangre provocarán que el objetivo del corte, pierda el control sobre sus emociones. Poco a poco la rabia, la consumirá hasta solo dejar a la bestia. De esa forma acabará con su objetivo y conseguirá que su hija este con él en su forma mas gloriosa. 

La sujetaba por el hombro izquierdo, con la fuerza justa. La brisa removía su cabello. Un ligero movimiento de sus ojos le indicó que ella comenzaba a dudar de su historia.  Con rapidez cortó a Luna en el antebrazo izquierdo, lo hizo con la suficiente fuerza como para que su profundidad fuera la necesaria para que su plan fuera un éxito.

Un grito ensordecedor inundó la habitación. El corte había sido efectivo, la chica se desplomó retorciéndose de dolor. El padre la miraba con preocupación y alegría y Yanira desde las sombras disfrutaba del sufrimiento de la que había sido su amiga.

...

Eme estaba sorprendido por la velocidad del muchacho, sabía que lo más probable era que su tatuaje le hubiera activado alguna de las cualidades de guerrero. Aun así era mucho menos veloz que una gárgola. Corrían casi sin saber a donde iban, Eme había leído el mensaje, en el que decían donde encontrarse pero no le quedaba muy claro. Se concentro y puso sus instintos a trabajar al máximo y después de unos minutos llegaron a la casa abandonada. Antes incluso de fijarse en la luz de la segunda planta o de ver el césped quemado, la oyeron. Oyeron un grito que desgarrando la tranquilidad de la noche.

Había comenzado a caer una ligera lluvia, la noche era oscura y la brisa se había convertido en fuertes ráfagas de viento. Empapados y preocupados corrieron al interior de la casa. Eme se había transformado, su pelo se agitaba en el viento y sus alas se erguían poderosas a su espalda. A su lado Démian corría como nunca, la sangre le palpitaba en los oídos, el pelo empapado de sudor y lluvia se le pegaba a la cara.

LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora