Capítulo 7: Padres

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Arel trataba de calmar a Yanira ya que estaba nerviosa y desorientada. Le daba palmaditas en la espalda y le hablaba con la voz profunda y suave. Sabía de sobra que ese truco le funcionaba. Aunque para no faltar a la verdad lo realizaba con animales. Poco a poco fue respirando mejor y sus manos dejaron de temblar, esa paz efímera fue abruptamente interrumpida por unos pasos.  Arel se levantó y le ofreció ayuda a la muchacha, ambos bajaron las escaleras para encontrarse  con los recién llegados. Luna nada mas verlos sintió que la rabia se abría paso a travez e sus entrañas. Le gritaban que acabara con esos dos, pero, un gesto la calmó.  La mano de Démian, en su hombro, como señal de tranquilidad logro más que miles de sesiones de relajación. Sus impulsos disminuyeron pero apartó con frialdad la mano del muchacho.

Quedaba muy poco tiempo para el amanecer, pero eso no impedía que los cuatro compartieran un incomodo e interminable silencio en la oscura casa, hasta que Yanira cayó al suelo gritando y agarrándose la cabeza. Lloraba y pataleaba. Sus ojos estaban rojos por el fuerte dolor de cabeza. Luna observaba como Arel corría en su ayuda y la levantaba del suelo. Se fijó en la melena de la que había sido su amiga caia como una negra cascada entre los brazos del ángel. El, sin llegar a tocarla, colocó su mano sobre su frente. De ella brotó una intensa luz y en el rostro de Yanira se pudo ver reflejado como el dolor desaparecia y volvia en sí. Con sus grandes ojos miró a Démian y a Luna. Con delicadeza se bajo de los fornidos brazos del ángel y caminó hacia la que había sido su amiga. La muchacha se puso tensa al ver como se acercaba a ella, se sintió contradecida al necesitar a Démian a su lado, rápidamente le miró a los ojos, pareció entenderla. Con suaves pasos se acercó tanto a ella que le llegaba el aroma de su piel, ese aroma tranquilizaba y alteraba a Luna por partes iguales pero ahora la calmaba. Sintió que tenía fuerzas para aguantar la tentación de arrancarle la cabeza a su ex amiga.

- Luna, lo siento, no era consciente de lo que hacía. Acabo de recordarlo todo. Lo siento de veras, lo siento- grandes lagrimas recorrian sus mejillas- Pero de verdad que puedo hacer algo por ti, puedo ayudarte a encontrar a tu tío.

Esas palabras fueron un error, la chica se acercó a ella de manera intimidante y la agarró por un hombro, Arel se abalanzó sobre ellas pero Yanira lo detuvo con un gesto.

- No juegues conmigo.

- No lo hago. Realmente no sabía que hacía. Yo solo...

- ¡Tú solo qué! Por resentimiento, solo por eso me has destrozado la vida y no solo a mí, sino a este, a este bicho raro.

- No me hagas reir- Se quitó de encima la mano de la chica.

- ¿A qué te refieres?

- En serio, no ves que solo nos utilizas, siempre piensas en ti y solo en ti, es que es difícil no traicionarte. Siempre con tus secretos y tu extraña forma de ser. Siempre a tu lado soy inadvertida y a ti todo te da igual. Este bicho raro como tú lo llamas ha sacrificado más que nadie, seguro que ni te has molestado en preguntarle por su familia. Solo te preocupa tu estúpido tío, el ha perdido a sus padres por ti, estúpida engreída. Sí, yo dejé que Oliver me convenciera de ir en tu contra pero solo para poder ser mejor que tu. A él nadie le ha dado a elegir y tú lo que haces es despreciarle. Arel me ha contado que hace aquí y la verdad es que en parte me alegra de que alguien se encargue de controlarte. Ahora te diré que no sé donde puedes encontrar a Eme pero el plan de Oliver es ir hacia el norte, en alguna zona alta y con vegetación, creo que habló sobre una entrada y algo relacionando con  donde naciste. Ahora que lo sabes corre y ve con él.

La mirada de Luna hacía rato que no estaba sobre Yanira, sino en Démian. Después de todo el chico era algo más que una carga para ella. Las palabras de la chica la habían cogido con la guardia baja, por su culpa él había perdido a su familia. Era la culpable de todo y ni siquiera le había dado las gracias por todo lo que hacía por ella. El muchacho ahora evitaba todo el contacto con ella, el dolor había salido al mencionar a sus padres y las lágrimas caían por sus mejillas. 

LunaWhere stories live. Discover now