Capítulo 14: Furia

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Había pasado una hora desde que Arel trajo a Luna en brazos. Para todos había sido impactante verla inmóvil, cubierta de sangre  y polvo.  Tan vulnerable.  Los tres la observaban a la espera de que volviera en si. De sobra sabían que era fuerte, pero ver que no despertaba les hacía tener un nudo en el estómago.
Démian comprobó una vez más que seguía respirando y en ese preciso instante ella abrió los ojos.

-       ¿Quién se ha muerto?

Los tres se quedaron helados sin saber que decir. Por una parte sentían muchísima alegría por verla hablar pero por otro lado estaban enfadados. Démian que había estado a su lado desde que Arel la trajo se levantó visiblemente molesto y salió de la cueva. Yanira por su parte tocó el hombro del ángel y le pidió que las dejara a solas.

-       Llevas una hora gimoteando de dolor, llorando cada vez que Arel te examinaba las heridas. Llamando en sueños a tu madre. Solo hace quince minutos que tus heridas se han curado. Todos hemos estado muy preocupados,  Démian cuando te vio saltó a cogerte en brazos pero Arel no le dejó. Cuando te vio caer después de la pelea con el dragón, le vi llorar. Aun tengo en la chaqueta polar sus  lágrimas congeladas. Entiéndenos, comprende que no nos riamos después de haberte visto tan cerca de morir.

-       No, no podéis sentiros así, si muero tenéis que seguir adelante y ten clara una cosa, voy a morir.

Luna se incorporó y noto extrañas sus alas, al mirarlas vio los desgarrones. Sintió pánico al pensar que no podría volver a volar, y todo a causa de esas heridas que no cicatrizarían bien. Tenían el mismo aspecto que la herida infringida por su padre en su brazo. Cicatrizaban pero dejaran marca.
Ese terror le hizo salir corriendo hacia la salida de la cueva. Pasó al lado de los chicos que mantenían una conversación que a ella le daba completamente igual, solo quería volar.
Oyó los gritos tras de sí,  pero no le importaba, solo podía pensar en despegar y comprobar que podía notar el frio golpe del aire en su cara.

Corría dando tumbos, golpeándose con cualquier cosa que se topara a su paso, iba tan deprisa que no vio que se acercaba a las proximidades de un barranco, el acceso hasta la cima estaba realmente lleno de ellos, las zonas volcánicas son muy irregulares, pero ella no había pensado en eso ni en nada más que no fuera poder volar.

Sonrió al ver que el suelo desaparecía tras sus últimos pasos. Al principio se sintoó como un peso muerto, el aire le golpeaba violentamente, caía de espaldas mirando desde donde había saltado. Estaba tranquila hasta que vio a Démian saltar tras ella <<ese idiota>> pensó.

El chico se acercaba cada vez más a ella, le sorprendió que no gritase, simplemente la miraba, parecía como si él quisiera rescatarla.

Luna giró la cabeza para comprobar la distancia del suelo y se sorprendió al ver su cercanía. Con agilidad y velocidad giró en el aire, expandió sus alas y se impulso hacia arriba. Sin pensarlo capturó al vuelo al muchacho y lo abrazó con fuerza para poder volar con mayor comodidad.

-       ¿Se puede saber qué pretendías?

Su voz sonó tan próxima, las vibraciones de las notas de cada una de las sílabas de cada una de las palabras se le clavaban en su frío cuello.

-       Volar.

-       Pues parecía un suicidio, te acabas de recuperar.

-       Yo tengo alas, cuál es tu excusa. Eres tu el que ha saltado tras de mí, y que yo sepa tu no vuelas.

-       De acuerdo, ha sido una estupidez.

-       Si, y de las grandes teniendo en cuenta que tú serás quien me mate.

LunaWhere stories live. Discover now