˗ˏˋ❍||König +18

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—Ya que me pedían segunda parte no podía dejarlas con la inquietud y las ganas.

–Y cómo estoy de buenas vengo con algo lindo y rico al mismo tiempo.

–Será algo largo el capítulo por que andaba con una imaginación que uff- yo me imagino ahora un König dominante en la cama como lo hace en la batalla, pero en la relación la rayis manda.

–Disfruten.

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[...]

Movía sus pies de una forma inquieta, sus ojos estaban fijos en aquella puerta desde hace ya 10 minutos, sus dedos jugaban entre ellos trataba de distraerse con cualquier cosa pero no lo lograba, esperarla era de los peores infiernos que podía pasar.

La extrañaba por completo, más por que lo había dejado con las ganas de algo más.

Pasado los 2 minutos cerró los ojos y dejó caer todo su peso en aquella cama de tamaño matrimonial ocasionando que las sábanas se arrugaran un poco, sus manos con guantes estaban sobre su estómago, entrelazando sus dedos en el proceso, sus botas tocaban el suelo, tener el tamaño que poseía no era muy cómodo, aún salía del colchón.

Por ende, seguía moviendo su pierna, de arriba hacia abajo logrando que la habitación se llenara de aquel sonido tan peculiar. El eco llegaba a sus oídos desesperandolo aún más.

Su rostro que ya no estaba debajo de aquella capa de tela se mantenía frustrado, sus cejas estaban suavemente fruncidas, sus labios poseían una pequeña mueca. Su vista estaba pegada en aquel techo pintado de un azul marino.

En el momento de que escuchó como es que la perilla de la puerta era girada se levantó de golpe, sentándose nuevamente en la orilla de la cama, su vista viajó hacia la puerta; admiró como es que su hermosa Teniente entraba a la habitación, entre sus manos tenía una carpeta de color carmín.

Ella inmediatamente lo miró y le sonrío con suavidad, sus cejas suben y bajan en forma de coqueteo.

–König– lo saludó mientras cerraba la puerta con su espalda.

Manteniendo su espalda sobre la puerta aquella mujer pasa su mano libre atrás colocándola en su espalda, sus dedos buscaron el seguro de la puerta para ponerlo, aquel sonido le gustó al Austriaco.

–Bien, espero y estés listo, te había prometido continuar–

Una suave risita coqueta sale de sus labios mientras dejaba la carpeta en la mesa que tenía a un costado de la puerta para así caminar hacia su contrario, en el pequeño trayecto, ___ llevó sus dedos hacia su chaqueta para así desabotonar uno por uno.

Le causaba satisfacción ver la cara de su contrario, esa mirada de deseo, sus labios ligeramente abiertos, sus cejas ligeramente caídas, bajó su mirada y notó aquellos dedos ansiosos.

–¿Qué tiene soldado?–

Los ojos color esmeralda pasaron de verle la cintura para subir inmediatamente hacia su rostro, se había quedado admirando sus labios por unos segundos para luego sonreír.

–Nada, estoy esperando sus órdenes, Teniente–

Sin esperar más ella colocó sus piernas por los costados de los muslos de su contrario, su mano pasó al pectoral de su novio, acarició con suavidad esa zona antes de empujarlo, dándole a entender que se recostara en la cama y él sin negarse a nada lo hizo.

Se acomoda un poco sobre el cuerpo de él, asegurándose de que pueda verla, pero por la gran diferencia de alturas se le dificultaba un poco.

Empezó a retirarse prenda por prenda, sentía la mirada penetrante de su contrario el cuál trataba de suprimir las inmensas ganas de tomar el control. Las finas caderas de la Teniente ahora estaban sobre el miembro de su contrario el cual a medida que pasaba el tiempo sentía que aquel bulto crecía y el pantalón solo comenzaba a estorbar, eso la hizo estremecer un poco.

𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐂𝐚𝐥𝐥 𝐨𝐟 𝐃𝐮𝐭𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora