Extra | 1

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comenta "yo" si tú también has echado de menos a Logan y Leah <3


Extra | 1


Leah

Dos años después del epílogo


Logan tiene su boca sobre la mía antes de que me dé tiempo a decir nada.

—No sabes cuánto te he echado de menos.

Cierra la puerta con el talón y me hace retroceder hasta que mi espalda choca contra la pared del pasillo. El beso es intenso desde el primer momento; urgente y necesitado. Si hay algo que me gusta de las despedidas es que nuestros reencuentros siempre son así. Tiene los labios húmedos y fríos, y tardo un momento en comprender la razón. Me río mientras lo ayudo a quitarse la chaqueta mojada.

—¿Qué diablos te ha pasado?

—Fuera está diluviando. Pero no pienses en eso ahora.

Me planta las manos bajo los muslos y chillo entre risas cuando me levanta en volandas. Cuando quiero darme cuenta, estamos en mi cuarto y me tiene acorralada contra el escritorio. El beso se vuelve más hambriento, más desesperado. Siento la urgencia en cada movimiento de su boca. Le deslizo las manos por el pelo, el cuello, los hombros, la espalda, disfrutando de cómo sus músculos se tensan bajo mis dedos.

—Quítate la camiseta —ordeno.

Él curva los labios en una sonrisa seductora.

—Tres semanas sin verme y todavía no me has dicho nada bonito.

Hace fuerza con los brazos para subirme al escritorio y, justo cuando estoy a punto de replicar, se saca la camiseta por la cabeza y su boca vuelve a reclamar a la mía como si llevara mucho tiempo desesperada por hacerlo. El calor se arremolina en mis entrañas, pidiéndome más. Envuelvo las piernas a su alrededor mientras sus manos frías se cuelan bajo mi camiseta.

—Dime que no hay nadie más en casa —me suplica. Se me escapa un suspiro entrecortado cuando sus labios se posan sobre la piel sensible de mi cuello.

Le enredo una mano en el pelo.

—Solos tú y yo.

—Gracias al cielo.

Eso me hace reír.

—¿Has pasado por tu casa antes de presentarte aquí?

—He venido directamente. Todavía tengo las maletas en el coche. —Deja un reguero de besos de camino a mi hombro—. Necesitaba verte —añade, en un murmullo contra mi piel.

Esas palabras tiran de algo que tenía en las entrañas. Una oleada de calidez se me instala en el pecho. Da igual cuánto tiempo pase, cuánto hayamos vivido juntos; nunca me cansaré de escucharle decir cosas como esas.

—¿Verme o enrollarte conmigo? —bromeo.

—Las dos, chica buena. No son excluyentes. —Se aleja para mirarme y, entonces, su sonrisa flaquea. Traga saliva mientras ese brillo pícaro va apagándose en sus ojos—. Hablo en serio cuando digo que te he echado de menos.

—Lo sé —contesto bajando la voz. Yo también dejo las bromas a un lado.

—Me mató no poder estar en tu cumpleaños.

Oír eso me parte el corazón.

Él le da mucha más importancia de la que le he dado yo.

—Logan, lo único que me importa es que ahora estás aquí.

El arte de ser nosotros |  EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now