Capitulo 21 Malditos...

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Alex.

Han pasado ya dos semanas desde la primera cita que tuve con Nícolas

Hemos tenido varias citas ya, y la verdad es que él es una persona realmente dulce, pero me da miedo enamorarme de él.

Ya son dos semanas desde que me entere que vuelvo a estar comprometida con Christian, no lo he visto a él ni a mi grandísimo padre.

Estoy asustada, hasta ahora los abogados de mi madre no han podido encontrar la manera de deshacer el contrato, y yo no quiero empezar una relación con Nícolas sin saber si podré ser libre de las ataduras de ese contrato, me da miedo enamorarme de él y que al final de estos 6 meses yo termine casándome con otro hombre, no podría soportar el hacerle daño a Níck, ni tampoco hacérselo a mi corazón en el proceso.

Ésta es la última semana de clases, he estado relajada, ya que los equipos no tienen más juegos sino hasta después de las fiestas de navidad.

Voy entrando al salón y todos me ven, sí ya sé que yo casi nunca estoy en las  aulas pero no entiendo porqué todos me miran así.

- Señorita Courman, me alegra verla pero acabo de recibir la orden de la directora de que la esperan en el campo de fútbol.

- ¿El campo de fútbol? - le pregunté confundida, el profesor solo asintió.

Yo volví a salir del salón y me dirigí al patio.

¿Para qué me querría la directora en el campo?.

Llegué al campo y no ví a nadie, iba a regresarme cuando sentí unos brazos rodear mi cintura y agarrar mis manos, luego sentí una respiración en mi cuello.

- Hola hermosa - me dijo esa voz, esa maldita voz.

- Sueltame desgraciado.

El río y me agarró mucho más fuerte.

- No lo creo preciosa, te tengo bien agarrada, no iras a ningún lado.

- Eso quisieras tú.

Aproveché que estaba distraído y le di en el estómago con el codo, él se inclino por el dolor pero no me soltó, así que le di con la cabeza en la nariz, ( él es más alto que yo, pero como se inclinó, fue fácil ) su nariz empezó a sangrar bastante y mancho toda mi camisa en el frente y la espalda, en ese momento me soltó y se llevo las manos a la cara, yo me volteé y le di una patada en su zona, la verdad es que me moría por hacerlo.

Él cayó al suelo mientras gemía y se retorcía del dolor

Yo reí, la verdad es que era gracioso de ver, él no sabía si agarrase su zona dolorida o su nariz rota.

- Piensa lo bien la próxima vez que quieras meterte conmigo Christian, quizás y a la próxima te quedes sin generación - le dije con sorna.

- Cuidado hija, podrías dejarme sin nietos si sigues agrediendo a tu futuro esposo - dijeron, al oir eso, mi sonrisa y mi risa murieron.

-¿Por qué no me sorprende que la sabandija, no haya venido sin su dueño? - dije de espaldas a él.

- No deberías de faltar le el respeto así a tu padre.

Yo reí y me volteé.

- ¿Por qué demonios estás aquí?, y con tu rata, aunque no sé si la rata es él o tú.

Él apretó la mandíbula y se acercó a mí.

Mi padre  es un hombre alto he imponente, la verdad es que mis hermanos y yo somos altos  gracias a él, y su genética de gigolo gigante.

- Cuidado con lo que dices Alexandra - me dijo terminando de posicionarse  al frente mío.

- Por Dios, si crees que con tu 1.90 me asustas es mejor que lo pienses bien, no te tengo miedo, como viste, soy bastante capaz de defenderme sola, así que si tan solo se te ocurre intentar ponerme una de tus malditas manos encima, te juro que te romperé el brazo y ¿por qué no?, de una vez aprovecho y te arreglo la fea cara que tienes - le dije, en realidad lo hacía para enojarlo, pero estaba disfrutando el decírcelo.

- No me tientes niña.

- ¿Qué quieres?.

- Vinimos a informarte que habrá una fiesta de navidad en casa de los Mcwail, y debes asistir.

- No iré, y menos con Christian, porque sí, se que éso es lo que quieres. Dejame vivir en paz, ¿no te bastó con arruinar mi infancia?, ¿con lastimar a mamá, con tratar de controlar a los chicos, y de imponerme algo que solo hizo que yo saliera lastimada?, y no solo yo, sino también Cam, ¿por qué, sabes?, estoy al tanto de que tú sabías de la infidelidad de Christian y con quién era, y no te importó.

<<- Hace 5 años dijiste que para tí nosotros ni siquiera existíamos, ¿entonces por qué no haces como si fuera verdad y nos dejas en paz?, déjame en paz, quiero seguir viviendo mí vida como si tú nunca hubieras estado en ella, ¿es tan malo querer ser feliz?. >>

<<-¿Por qué demonios volviste a Los Ángeles?, ya casi me había olvidado de tu patética existencia, no sabes cuanto te odio, si antes eras mi héroe, ahora eres el ser más despreciable de todos - le dije con desprecio, odio y rencor.

Llevaba eso guardado desde hace mucho tiempo y me siento bien ahora que lo he sacado todo de mi sistema.

-No me interesa lo que pienses de mí mocosa, harás lo que yo te diga o lo lamentarás.

- ¿ Ah sí?,¿ y qué es lo que harás?, ¿me casarás con un gusano?, a no, cierto, ya lo estás haciendo. Y para que sepas, me importa una mierda tu contrato, no lo voy a cumplir.

Él se acercó más a mí y me tomó por el brazo fuertemente, el maldito me hacia daño.

- Escucha mocosa, y escuchame bien porque no lo repetiré, sino cumples con el contrato dile adiós a tu beca en Nueva York, haré que ninguna universidad quiera aceptarte, y te haré la vida miserable.

Me siguió apretando el brazo y esta vez lo hacía con mucha más fuerza, sentí un ardor y  como algo caliente me rodaba por el brazo.

- Has lo que se te de la gana, no te tengo miedo.

- Pues deberías.

Me dijo eso y luego me soltó, al instante sentí como Christian me tomaba desprevenida y me daba un puñetazo en el estómago tan fuerte que me dejo sin aire, sentí como si algo dentro de mí quemara, ellos me vieron y se fueron, Christian iba bastante adolorido, pero también muy satisfecho.

Yo me quedé allí hasta que supe que ellos ya se habían ido. Apenas supe que estaba sola, deje salir un gemido de dolor, y me dejé caer de rodillas al pasto mientras me agarraba el brazo y el estómago.

Sentía como las lágrimas empañaban mis ojos pero no quería dejarlas salir, me faltaba el aire y cada vez que respiraba me dolía.

Agarré mi teléfono como pude y me metí en contactos, llamé al primer número que encontré que sabía me podía ayudar.

Sonó un tono, dos tonos, hasta que contestó.

- Hola nena, ¿dónde estás? No te he visto en todo el día.

- Níck - le dije débilmente, cada vez me dolía más respirar.

- ¿Alex?,¿ estás bien? -  dijo, al instante se escucharon las voces de mis hermanos, estaban con él, de seguro en la cancha.

- Ayuda - volví a decirle, ya las lágrimas cubrían mi rostro, me dolía mucho, y mi brazo estaba sangrando, al parecer su agarre me rasgó la piel.

- Alex, ya me estás asustando, dime ¿dónde estás? y ¿qué te sucede? - me dijo, su voz sonaba realmente preocupada, al otro lado escuché a Daniel maldecir porque Níck no lo dejaba tomar el teléfono.

- Campo, estoy..en el... Campo... Ayuda - le dije con la poca energía que tenía, en ese momento ya no pude más y caí al suelo, todo se volvió negro.



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