Ԋҽαɾƚ Ɱαԃҽ υρ σɳ ყσυ . ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

ʂҽʋҽɳ♡ԊҽαɾƚႦҽαƚ

El departamento estaba en un sepulcral silencio y oscuridad, se había mudado con Jin hace algunos días atrás ya que no podría seguir pagando su estadía en su vieja casa, más adelante conseguiría un nuevo trabajo para poder ayudar con las cuentas, pero ahora sólo podía agradecer la hospitalidad de su hyung después que este mismo lo trajo del Hospital al ser dado de alta.
Ahora se encontraba en la habitación de huéspedes del departamento, murmurando quejas entre sueños, removiendose en su lugar y frunciendo el ceño de vez en cuando, aunque al poco tiempo dejó de moverse, su expresión se relajo y las comisuras de sus labios se elevaron en una sonrisa con timidez, estaba experimentando otro de aquellos recuerdos.

Estaba yendo por un largo sendero de piedras en tonalidades grises, caminando con tranquilidad mientras miraba a su alrededor, solo habitaba la naturaleza en su mayor esplendor, distintos tipos de árboles con sus copas verdes, al igual que montañas a lo lejos y flores coloreando el cesped, tal vez era primavera, pero un prado de girasoles se habían robado toda su atención, estos veían al sol que estaba detrás suyo en lo alto, la brisa era muy suave y apenas los hacia danzar un poco, con admiración se acerco a ellos para tocar sus pétalos, casi podía sentir su extura pero algo, más bien alguien, pasando corriendo detrás suyo le distrajo, tomándole de la mano sin dejarle procesar y arrastrale consigo por el camino de piedras, su mirada estaba puesta en sus manos entrelazadas, su piel dorada brillaba bajo el sol, llevaba una camiseta negra de mangas cortas que le quedaba de maravilla y su vista subió hasta su rostro encontrando unos rizos oscuros que se agitaban al ambos estar corriendo a quien sabe dónde pero el sólo desprendía inocencia, alegría junto a una sonrisa geométrica en sus labios, deseaba poder verlo mejor pero sus cabellos tan largos le tapaban gran parte del rostro y además no se detenía a verle por mucho tiempo.

Y cuando parecía que estuvo a punto de verle más de cerca, todo acabó en segundos, otra vez esa luz cegadora apareció junto a unos gritos, la bocina sonando desesperada antes de que todo acabará de golpe.

- no! Para! - gritó al momento en que se sentó de golpe en la cama con la respiración agitada y sus ojos llorosos, su corazón iba a mil por hora por lo que colocó su mano sobre el dándole caricias en círculos como si quisiera calmarlo, calmarse.

Fue un sueño extraño y llenó de sentimientos encontrados, sentía tanto que estaba abrumado por todo lo que su pecho sentía, dolor, angustia, anhelo y por sobre todo eso, un sentimiento que le era extraño pero que quería aferrarse a el porque se sentía bien, correcto. Suspiro tembloroso ante tanto y se quitó las mantas de encima a la vez que bajaba sus pies al suelo, dispuesto a ir al baño para refrescarse, eso hizó, apretando sus labios disgustado por las leves ojeras bajo sus ojos llorosos, sus mejillas rojas por el calor y por consecuencia sus cabellos pegados a su frente, no le tomó mucho atención para simplemente abrir el grifo y tomar una gran cantidad de agua en sus manos, restregandolas en su rostro, repitiendo varias veces esa acción hasta que se sintió mucho mejor.

Minutos más tarde se encontraba en la cocina bebiendo un vaso de agua, estaba sediento, dejó el vaso en el lava platos y a paso lento regresó a su habitación, tenía suerte que su hyung tenía un sueño pesado, ya dentro de su habitación y recostado sobre su cama con las mantas cubriendolo hasta el pecho, comenzó a pensar en el sueño, analizando cada detalle y tal vez dedujo que podría ser un recuerdo tan especial por quien estaba en el, no por las flores que a simple vista hacían hermoso el momento, sino que aquel chico le daba un sentimiento de paz, su sonrisa tan genuina e inusual, era tan suntuoso. Sorprendido colocó una mano sobre su pecho, justo en su corazón y le sintió latir apresurado pero a pesar de otras veces, ahora se sentía bien, un cosquilleo invadiendo su pecho sacándole una sonrisa genuina después de años sin sentirse tan bien, sus ojos brillaron al ver por la ventana e inevitablemente una idea le llegó, que hace mucho no pasaba, a lo que inspirado se levantó rebuscando entre sus cajas de mudanza hasta hayarla.