ҽιɠԋƚ♡ԊҽαɾƚႦҽαƚ

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Eran al rededor de las seis de la madrugada cuando el pincel fué dejado de lado y el joven artista contemplaba su obra, en ella podías apreciar unos girasoles en el centro de tulipanes blancos, estos se encontraban en un bonito florero azul que decoraba una pequeña mesita frente a una pared lisa de tono hueso. Jungkook sonrió y se levantó del banquito donde cómodamente estuvo pintando para sin pensarlo dejarse caer muerto sobre la cama, viendo sobre su mesita aquellas pastillas que hace días atrás su médico, Namjoon, le recetó debido a su insomnio, lo regaño más de una vez después de contarle lo sucedido, no les dio importancia y cerró sus ojos, se sentía cansado así que no le costaría mucho dormirse.

Y era cierto, al poco tiempo cayó en los brazos de morfeo, el sol termino de salir, haciendo brillar el cuadro recién hecho por el bello durmiente que descansaba profundo, Jin llegó a su cuarto horas después para comprobar que dormía y que no estaba otra vez en sus noches de desveló, sonrió acercándose a arroparlo, negando en desaprobación al ver las manchas de pintura en su rostro y manos pero lo dejó pasar, antes de salir se detuvo a apreciar su arte, pensado que seguia mejorando cada vez más.

Mientras Jin se marchaba a su búsqueda de trabajo, jungkook murmuraba palabras poco entendibles entre sueños, frunciendo el ceño por momentos y sus labios se abultaban. Hasta que de un momento a otro se despertó de golpe sentándose en su lugar, los ojos abiertos en grande, las mejillas muy rojas y con sus cabellos revueltos al moverse dormido, lucia muy tierno, sus ojos fueron directos al cuadro de retrato que hizó de aquel hombre y relamio sus labios sintiéndose nervioso.

En aquel nuevo sueño conocio la razón del porque aquel sentir le era tan extraño y porque se sentía agusto con un total desconocido, esa mirada le transmitia tanta seguridad, como si lo conociera por completo y pudiera confiar en él. El sueño pasaba en un elegante restaurante donde ambos fueron a cenar y celebrar, por lo que había entendido en la mitad de la conversación pero aún así le faltaban detalles, aún desconocía su nombre pero en ese sueño le vio el rostro por completo después de semanas donde simplemente le veía de la espalda o sus manos juntas y caricias mutuas, aquel hombre luego de llevarle a su casa, bajo el reflector de la luz de la calle, le tomó de la cintura con suavidad, sujetandole incluso con algo de duda y luego de mirarse a los ojos como si hubiera sido una eternidad, profesandose un amor eterno, le beso, la escena le parecía tan íntima y privada que lo tenía con las mejillas encendidas, sobre todo el haberlo sentido tan vívido, tocando sus labios con sus dedos ante la fugaz sensación de los contrarios sobre los suyos.

No sabia como no lo pensó antes, era lo más probable que aquella persona fuera su pareja, alguien que amaba incondicionalmente y le entregaba experiencias totalmente nuevas, aquello le llevó a pensar a más profundidad sobre su posible vida, en la familia que había perdido a un ser importante, sus amistades, en parte sentía que debía dar algunas palabras a los familiares, que debía simplemente dar sus condolencias y disculparse de alguna forma, sabía que no era su culpa ya que no tenía nada que ver con su fallecimiento pero se creía parte de quitarles a quien seguramente apreciaban demasiado, a alguien que amaban y ahora ya no estaba.

Así que ese día, viernes, después de mojar su rostro en agua fría para bajar la temperaturade sus mejillas y olvidar lo que vió, se cambió rápidamente marchándose a su revisión, un camino rápido siendo que ya lo sabía de memoria y el viaje se le hacia rápido, apresurandose para entrar al hospital siendo visto por la recepcionista que le sonrió y le indicó con un movimiento de cabeza que podía pasar, que el doctor Namjoon ya lo esperaba como cada mañana desde las últimas semanas.

- Jungkook, mi paciente más puntual - le recibió con una sonrisa de hoyuelos al abrir la puerta y hacerse a un lado para dejarle pasar.

- Namjoon hyung no se burle - prestó porque no era la primera vez que se lo decía, simpre llegaba a la hora exacta, sin un minuto de más ni menos, el nombrado rio viéndolo sentarse en la camilla de su consultorio.

Ԋҽαɾƚ Ɱαԃҽ υρ σɳ ყσυ . ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora