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Narra Lara

No ha pasado mucho desde nuestro beso, tuvimos una que otra conversación por texto pero nada en persona y a decir verdad empiezo a extrañar su presencia.

Hoy no me dio ganas de desayunar ni tampoco tenía planeado el almuerzo, pero pensar en Pedri y el esfuerzo que hizo por mi el otro día me dio ganas para comer algo y salir para tomar aire.

Tomo mis cosas y salgo, hoy es festivo y todo está cerrado así que lo más seguro es que solo camine un rato y ya.

El clima ya se está poniendo un poco frío acá en Barcelona, aunque no sea nada extremo si soy un poco sensible a el frío teniendo en cuenta que vengo de el trópico y en la ciudad de la que vengo hace muchísimo calor.

A los diez minutos de estar lejos de casa empiezan a caer las gotas.

Genial.

Empiezo a caminar más rápido para encontrar donde escamparme ya que estoy a la mitad de un parque, eventualmente las gotas empiezan a caer con más intensidad y me agarran las ganas de llorar pero me las aguanto.

A veces me dan ganas de llorar por las cosas más tontas, cosas tontas que me dañan el día y no las puedo soportar por que siendo sincera soy demasiado sensible.
Eso y todavía soy una adolescente hormonal.

Corriendo para llegar a un árbol que se ve que da  bastante protección me resbalo con un charco cayendo de culo, el impacto me dolió y me mojo los pantalones que traía, mis ganas de llorar ahora son más fuertes pero me las aguanto por que no hay tiempo para eso, ademas ni puedo evitar pensar que tal vez alguien me haya visto y me muero de la pena.

Sigo caminando rápido con más cuidado y ya casi llego a el árbol... pero como siempre tiene que haber un pero pasa un carro encima de un charco formado por un hueco en la calle y me salpica TODO el charco encima, ahora si que siento la lagrima amenazando a salir de mi ojo.

El carro para y alguien sale de el carro dirigiéndose a mi.

Nada más y nada menos que...

Creo que ni lo tengo que decir por que ya saben quien es, pero por si son un poco lentos, es Pedri quien me acaba de mojar, y no de una manera sexy.

- oye...- su voz me genera algo, no se que pero algo- que haces acá, esta lloviendo- si genio, me di cuenta, a pesar de querer responderle no pude, cuando estoy así a punto de llorar si alguien me habla solo exploto, y eso es lo que paso.

De la nada mis lágrimas empiezan a salir descontroladas y ni si quiera ocupo el tiempo en respirar por que solo salen y salen. Pedri se acerca a mi casi que corriendo y me atrae a su pecho sobándome la cabeza mientras yo entierro mi cara en el.

- shh... tranquila- el trata de tranquilizarme meciéndome un poco todavía en sus brazos pero  yo no puedo hacer nada más que llorar- ¿ que ha pasado? ¿ que haces aquí?

- ... me... cai... de..- hago pausas para llorar más y más- ... de culo..- se me sale un sollozo por que me duele el culo, suena gracioso pero me siento miserable.

Al el gran hijo de puta se le sale una carcajada...

- los siento lo siento- se arrepiente y se disculpa aun terminando de reír a lo que yo le pego en el brazo.- ven vamos a mi auto, no te sigas mojando acá.

Lo sigo hasta su auto y el me lleva tomada de la mano. Entramos y el se quita su chaqueta y me la pone encima ya que estoy casi temblando de el frío.
Ya me calme por que normalmente estas lloradas hormonales no duran nada, en un caso normal me miro a el espejo y sigo con mi vida.

- ¿ todo bien?- el rompe el silencio.

- mhm- afirmo sin decir ninguna palabra por miedo a ponerme a llorar otra vez.

- ¿ quieres que te lleve a casa?- asiento y el empieza a manejar despacio.

Narra Pedri

Solo manejo despacio para tenerla mas tiempo a el lado mío.

Narra Lara

Me pongo a revisar mis bolsillos para tener la llave de mi casa en la mano de una vez cuando me doy cuenta... nunca la puse en mis bolsillos, la dejé ahí en la cocina.

- ay no- me quejo en voz alta y Pedri voltea a verme.

- ¿ que ha pasado?

- dejé las llaves dentro de mi casa- me pego en la frente y me apoyo en mis piernas.

Maldito día.

Narra Pedri

La miro y ella me mira con los ojos llorosos de nuevo, tiene un puchero en la cara y se le nota la desesperación por la situación, ¿ que puedo hacer yo?

Pues...

Que mejor manera de invitarla a mi casa por primera vez que cuando esta lloviendo y no puede ir a la suya.

Golpe de suerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora