quince

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Escuchar la respiración de Jungkook cerca de su cuello era la gloria misma, tenerlo acurrucado en su pecho se sentía como el mismo paraíso aquel en el que te reciben los ángeles con trompetas y una melodía clara.

Jimin estaba borracho en el amor que Jungkook le había dado, jamás se había sentido de la misma forma, jamás había amado a alguien tanto como lo amaba a él. Jungkook fue aquel primer amor -que no fue un primer amor- que lo llevó hasta el cielo y lo hundió en el océano.

Era él y Jungkook, nadie, ni nada más.

"¿Cuánto me amas?" Pregunto en un susurró mientras acariciaba la cabeza de Jungkook.

"Demasiado." Susurro de vuelta, dando un beso a la piel descubierta del pecho de su esposo. "No sabes lo mucho que te amo, haría todo por ti."

"¿En serio?" Sonrió mientras mordía su labio, algo que amaba de su amor con Jungkook era el claro control que tenía en él, sabía que podía tenerlo todo si solo se lo pedía.

"En serio."

"Pero creo que yo te amo más." Soltó una risilla juguetona, beso la frente de Jungkook y lo abrazo para que este más pegado a su cuerpo.

"¿A si?" Rió de vuelta. "creo que yo me llevaría ese puesto."

"Nop." Negó con la cabeza mientras soltaba risitas juguetonas, perdido entre el buen momento que pasaba con Jungkook, se acercó a su oreja para susurrarle. "Yo te amo tanto que haría cualquier cosa por ti."

"¿Cualquier cosa?" Sonrió de lado, enternecido por la muestra de amor de su esposo, ignorante al doble sentido de sus palabras.

"Cualquier cosa." Sonrió, una vez más susurrando. "Hasta matar." Lo dijo seguido de un beso en su cuello, dejando su confesión como solo una broma amorosa.

Así la tomó Jungkook quien solo rió, tomo a Jimin de la cintura y rodó con él por la cama mientras compartían su alegría. Estaban enamorados hasta el hueso, se notaba en sus pupilas y en sus besos.

En sus actos.

Era aquel amor que te cala hasta dentro, el amor que no te deja pensar y solo te tiene sumido a el.

Entre los besos de Jungkook, Jimin se encontraba tranquilo y pleno, entre sus caricias y sus susurros tiernos encontraba amor, amor que jamás podría experimentar por otro hombre, solo era Jungkook y siempre sería Jungkook.

Y aunque amara a Jungkook con todas sus entrañas y su alma, había algo que amaba de la misma forma y aquello era todo lo que podía recibir de su esposo, toda su fortuna y poder. Aquel montonar de dinero tenía una de sus entrañas y un poco de su amor.

Jungkook había confesado que haría todo por él, que lo amaba con todo su ser, así que no habría problema alguno cuando ponga la mayor parte de las acciones de su esposo a su nombre, no importara cuando se convierta en el dueño de muchos de sus bienes, porque Jungkook le había jurado frente a un altar en la playa y le había jurado hoy con besos que lo amaba inmensamente.

Y sería así, porque lo amaba.

Fue él;  kookminOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz