diecinueve

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El rubor que ponía sobre sus pómulos siempre le daban una apariencia bastante fresca y angelical, ocultando de cierta forma el morado en su rostro, Jimin se sonrío al verse en el espejo de su auto, terminando con su maquillaje salió de su carro yendo en busca de su marido. Al poner un pie sobre la empresa sintió como es que todo ese imperio ya le pertenecía, había movido todos sus naipes a su beneficio, solo era cuestión de tiempo.

Caminando como gato coqueto, haciendo sonar contra el piso sus botines y dándole una sonrisa a todas las personas que veía, las personas le sonreían de vuelta porque era encantador e hipnotizante admirar la sonrisa de su futuro jefe.

Su caminar se detuvo al ver a lo lejos a cierta mujer que ya se le hacía conocida, frunció el ceño y boto el aire que había contenido en sus pulmones en cuanto la vio, Jimin siguió con su andar no quitándole la mirada de encima a Anne quien le observaba bastante tímida, sabía que su puesto, una vez más, dependía de él.

Con todo el enojo en sus entrañas entro sin avisar a la oficina de Jungkook, azotando la puerta haciendo notar su presencia.

"¡¿Qué hace esa aquí?!" Reclamo con el tono alto, refiriéndose a Anne.

"No grites." Regaño de vuelta, Jungkook.

"Vuelvo a hacer la misma pregunta, ¿por. qué. esa. mujer. esta. aquí.?"

"Le devolví su puesto, Jimin."

"¿Y por qué? ¿Tan poco me respetas que metiste a la mujer que te hace ojitos y me golpeó de nuevo a su antiguo puesto?"

"Ella no te golpeó, Jimin, no lo hubiera hecho si tú no le hubieras acorralado, tu la atacaste y ella te respondió." Dijo levantándose de su asiento, caminando hacía Jimin para que la conversación no se haga en tonos altos de voz.

"¿Y quien te dijo eso? ¿ella?" Soltó una risita, burlándose de Jungkook y su buen corazón.

"No, vi las grabaciones de ese día y pude oír todo lo que le dijiste." Se puso frente a Jimin, acusándolo con la mirada y con decepción en la misma. "No puedo creer que hayas sido tan cruel e insensible, Jimin, le dijiste cosas horribles."

"Como si se hubiera merecido algo mejor." Susurro rodando los ojos. "De todas formas con esto demuestras lo poco que me respetas, demuestras que cualquiera puede pasar y repasar sobre mi, esa mujer te hace ojitos enfrente mío, no respeta que yo sea tu esposo."

"Pero yo ni siquiera la miro." Se defendió, el no tenía ojos para nadie más que no fuera su precioso esposo, estaba loco de amor por él.

"¡Y a mi qué! ¡Yo no quiero que esa ramera te mire de otra forma! ¡Porque eres mi esposo y no permitiré que esa mujerzuela te vea como su futura presa!" Pero no tan loco como Jimin lo estaba, ese amor que corría por sus venas de su cabeza a su corazón.

"Baja el volumen de tu voz."

"No." Negó con la cabeza dando un paso hacía atrás. "Yo no permitiré que me hagas tu tonto, Jeon Jungkook, porque escúchame bien, si tú quieres tener a tu futura amante acá, hazlo, pero me pierdes a mi." Amenazó mirándole a los ojos, haciéndole saber que iba en serio.

Ni tan en serio.

"Jimin..." Frunció el ceño, cuando conoció a Jimin jamás se imagino que los celos de su futura pareja fueran tantos al punto de ser explosivos, jamás pensó que podría amenzarle con dejarle solo por sus celos. "Se que tú y yo comenzamos mal, se que no fue la mejor manera ser algo tuyo siendo amantes, pero esa historia no se repetira porque-" Fue interrumpido.

"No me importa lo que digas, Jeon, yo sé muy bien lo que esa podría hacer, estuve en su lugar una vez y mira." Levantó su mano mostrando el anillo de diamante que reposaba en su anular, era su anillo de matrimonio. "Mira dónde estoy, empecé como ella y terminé acá."

"Yo te amo, jamás se me pasaría por la cabeza traicionarte."

"No me importa." Dijo. "O la despides ahora, o...."

"¿O qué?"

"O le pasará lo mismo que a Yoongi." Dijo en un tono bajo pero oible.

Jungkook frunció el ceño confundido, pronto unas campanas comenzaron a sonar dentro de su cabeza pero las que fueron acalladas por el pensamiento de que Jimin podría dejarle si es que no hacía lo que quería. Tonto en su amor, loco en su pérdida.

"Jimin..."

"Es ella o yo. Y si la eliges a ella solo porque su historia de lucha te ha tocado el corazón, pues bien, pero me pierdes para siempre, Jeon Jungkook." Fue lo último que dijo, dándole la espalda a su esposo y en el momento comenzando a llorar para así llegar a los sentimientos de su esposo y de las personas que le fueran a ver en los pasillos.

Con una mano llena de rubor tocó su mejilla, llorando salió de la oficina de su esposo, limpiando el maquillaje que cubría su moretón y agachando la mirada pero no tapando su mejilla roja que simulaba una cachetada y su pómulo morado con tonos amarillos.

Robando una vez más la atención de las personas pero esta vez con sus sollozos y quejidos, esta vez las personas veían su cara maltratada y recordaban los gritos que se habían escuchado de la oficina de Jungkook.

De esta forma, Jimin ganaba una partida unilateral, sonriendo a sus adentros recordaba lo que había hecho los días anteriores, desde engañar a Jungkook hasta jugar con su cabeza con la nota que le pedía hablar con Taehyung y revisar las grabaciones, todo le había salido como quería, lo último que le faltaba tachar era Jungkook persiguiendolo hasta su hogar, porque la adoración que ese hombre sentía por él era tanta que volaría a su lado para su perdón.

Siempre lograba todo lo que se proponía, siempre ganaba.































mañana el final owo

Fue él;  kookminWhere stories live. Discover now