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❝SE ACERCA LA HORA❞
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Ya era de noche, la familia de Lyanna había decidido cerrar temprano el restaurante e ir a pasear por la aldea. Hace bastante tiempo que no daban estas caminatas nocturnas.
Ragnar y Hana estaban muy ocupados con los preparativos para el cumpleaños de Lya, en verdad seria una sorpresa y esperaban que a ella le gustará. Solo habían tomado este día de descanso ya que en solo dos dias seria el gran dia para su pequeña hija.
—¡Mama! ¡Papá! Quiero un helado de fresa—pidió Lyanna con una sonrisa y destellos en sus ojos.
—¿Si? Tenemos que tomar otro camino para llegar—comentó su padre.
—¿Quieres un helado de fresa tras haberte comido toda esa carne?—pregunto su madre.
—Si es lo que quiere mi tesoro, iremos a comprar ese helado—dijo mientras alzaba en sus brazos a Lyanna y comenzaba a hacerle cosquillas.
La familia Bersērker estaba muy ánimada en ese momento, en especial la pequeña ojiazul.
—¡¿Quieres que te lance por los aires, Lya?!—pregunto su padre con entusiasmo.
—Cariño, No. ¡No quiero que hagan eso!—exclamó su madre.
—¿Por qué no? ¡Es divertido!
De pronto oyeron un ruido, provocando que Lyanna mirara justo en aquella dirección encontrándose con una gran sorpresa, y no de las buenas.
Hay estaba, después de varias semanas sin saber sobre él, lo tenía enfrente. Caín, su primer amigo, la estaba apuntando con un cuchillo mientras todo su cuerpo temblaba y detrás de él había un grupo numeroso de hombres.
—D-Denme todo su dinero—dijo Caín con la voz entrecortada.
—¿Caín?—murmuró Lya.
Hacia tiempo no veía a Caín, pero era espeluznante y triste verlo así.
—Cielos, Caín, cálmate ¿si?—dijo el padre de Lyanna mientras ponía detrás de él a su esposa e hija—¿y si guardas el cuchillo un momento y hablamos?
