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LYANNA Y ROAN ¡JUNTOS UNA VEZ MAS!
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La luz que entra por la ventana, da de lleno en su rostro haciéndolo fruncir el ceño. Siente algo cálido presionado contra su pecho y algo suave haciéndole cosquillas en la nariz.
Él abre sus ojos y es recibido por unas hebras blancas y un rico aroma a flores. Una pequeña sonrisa se forma en sus labios al reconocer a la persona en su pecho.
Lyanna esta acurrucandose contra él.
Siente su corazón cálido y levanta una de sus manos para acariciar su cabello blanco, y su cuerpo se relaja aún más al sentir la suavidad de este.
De alguna manera, mientras dormían, terminaron aplastados, el brazo del moreno bajo la pequeña cintura de ella. Si se mueve demasiado, podría despertar a Lyanna. No quería hacerlo.
Ella se ve tan linda, sus facciones están relajadas, sus piel nívea esta ligeramente pintada de un color rosa, debido al calor que emana su cuerpo, su cabello largo y ondulado, sus labios entre abiertos, sus largas pestañas que le daban un aspecto tan angelical.
Todo en ella era hermoso, incluso mientras dormía seguía siendo un ángel.
Cautelosamente, aparta un mechon del cabello de ella. Lyanna exhala pesadamente, pero no se mueve. Hasta ahora, todo bien. Desliza hacia atrás ese mechon de cabello blanco.
—¿Roan?
El mencionado se congela por unos segundos. La voz de ella es suave y dulce, como el algodón de azúcar.
—Buenos días—contesta él, sin moverse un centimetro.
—¿Ya es hora de levantarse?—pregunta abriendo sus ojos, apenas dejando ver ese iris azul.
Roan mira por la ventana. El sol apenas y está saliendo, gira un poco su cabeza para ver el reloj sobre el mueble que tiene en su habitación. Marca las siete y media de la mañana.
—No, no es hora de levantarse—responde volviendo la vista a ella—Vuelve a dormir. Yo te despertaré cuando sea hora de desayunar—deja un beso en su coronilla.
