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❝HORNEANDO GALLETAS❞
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Una suave sonrisa se poso en sus labios al oír los golpes en la puerta. Sabía de ante mano quien era la persona que estaba allí afuera.
—Roan, puedes abrir por favor, estoy ocupada—pidió la ojiazul mientras seguía preparando el desayuno.
—¿Y si lo dejamos afuera?—pregunto con la esperanza de que ella dijera que sí.
—No, no podemos dejarlo afuera.
Él se lavanto de mala gana y fue hacia la puerta. La abrió y antes de poder decir algo él pelinegro ya había entrado.
—¡Buenos Días Luffy!—exclamó con felicidad.
—¡Buenos Días Lya!—sonrió.
Roan frunció el ceño y se volvió a sentar para seguir revisando unos papeles que le había dado uno de sus amigos. Pronto debía volver a las misiones y eso implicaba dejar a Lyanna sola o llevarla consigo. Eso último no le parecía la mejor idea, pero tampoco quería dejarla sola en la casa.
Pero bueno, ya vería que hacer con eso. Ahora solo quería desayunar en paz.
—¿Qué comeremos hoy?—pregunto el menor mientras tomaba asiento en una de las sillas—¡Tengo hambre!
Bueno, muchas paz no tendría.
—¿Makino no te dio de comer?—pregunto, sabiendo que ella era la que alimentaba a Luffy. Aunque bueno, tampoco es que sea un trabajo fácil saciar al mocoso.
—Si, lo hizo. Pero aún tengo hambre, y quiero comer con Lya—contestó sonriente.
—¿Quieres comer con Lyanna o quieres comer la comida de Lyanna?—lo miro con sus ojos entrecerrados.
—Las dos cosas.
—Lo sabía, eres un...
—Ya esta listo el desayuno—interrumpió ella dejando dos platos sobre la mesa.
—¡Genial, se ve delicioso!—sus ojos brillaron al ver una torre de panqueques frente a él.
—Es la primera vez que hago esto—comento nerviosa—Espero que les guste.
