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❝HOMBRE INIGUALABLE❞

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HOMBRE INIGUALABLE

Afuera de la bodega había un pasillo estrecho alumbrado precariamente con tubos fluorescentes que funcionaban de manera intermitente

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Afuera de la bodega había un pasillo estrecho alumbrado precariamente con tubos fluorescentes que funcionaban de manera intermitente. El piso, los muros y el techo eran de concreto, y en el aire rondaba el húmedo olor característico del abandono. A Hiromi le recordó los confusos pasillos que habia tenido que atravesar antes de reencontrarse con sus compañeros, la preocupación era mayor cuando se trataba de una escalofriante mente perversa como la de Nash que, al parecer, estaba interesado en ellos, principalmente en el hombre que tenía a su lado. Aquel que parecía importarle muy poco que un loco estuviera obsesionado con él.

El silencio plúmbeo del pasillo era perturbado por el zumbido de los tubos luminosos y por el taconeo de Hiromi, que por mucho que se forzó por caminar con suavidad, la peligrosa agujilla de sus zapatos de igual manera hacía eco en cada extremo del lugar. De hecho eran botas negras pero con tacon, eso la hacía lucir un poco más alta, pero no lo suficiente para alcanzar a sus compañeros. En el momento en que estuvieron por dar la vuelta en un pasillo, escucharon un par de voces femeninas conversando entre ellas. Hiromi se detuvo pegándose a la pared. Y los dos hombres la imitaron a su lado.

—Lisa y Kilu fueron asesinadas en el sector C—hablo una mujer de voz prepotente—Fueron esos dos hombres.

—¿Del Hēishôu?

—Así es, ellos fueron los culpables de matar a nuestras hermanas.

—Desgraciados.

Roan y Jeremy intercambiaron miradas rápidas, sin necesidad de formular palabras. Y con una pequeña sonrisa dibujada en sus rostros.

—Debemos movernos, el señor Nash dio la orden, y sabes que una orden directa de él es inamovible—dicto aquella voz prepotente.

—Pero...

—No. Si no queremos fracasar en esta misión, debemos estar en cinco minutos en el piso superior.

—¡Entendido!

—Muy bien, entonces—finalizó la mujer—Mantengamonos fuertes, hermana.

Roan frunció las cejas, decidiendo que, definitivamente, ya no había tiempo que perder con interrogantes. Los minutos estaban contados.

𝑃𝑅𝑂𝑇𝐸𝐶𝑇𝐸𝐷 ❙ ONE PIECE Where stories live. Discover now