Una balada de maldiciones [#1 REINOS OSCUROS] EN PROCESO

🦅┊CAPÍTULO VI

—"Legado de un reino maldito" suena bastante prometedor, fue el que más me costó encontrar. Es como si el libro sintiese que lo estaba buscando y se escondiera a propósito.

La princesa asintió mientras examinaba dicho libro. Nashira vino en su tiempo libre para ayudarla a buscar más información sobre lo que le estaba sucediendo. Tenían poco tiempo, no más de quince minutos, y entonces ella tendría que volver a su trabajo y Betsabé tendría que ir a su cita médica con Elianne. Ya habían pasado tres días desde que su padre y el Emperador acordaron retrasar la boda hasta que se encontrase mejor. Al contrario de sus deseos, se sentía mucho más miserable que antes: el dolor de cabeza era insoportable, necesitaba tomar todo el frasquito con el tónico que le había preparado la sanadora mayor para soportarlo. Las pesadillas tampoco se detuvieron, todos los días se despertaba con la voz de ese ser desagradable en sus oídos. Incluso podría jurar estar escuchándola ahora, burlándose y riéndose de ella. Beth bien podría estar en su lecho de muerte por la forma en la que se sentía.

Estar en ese estado no la salvaba de sus deberes reales. Era el tercer día de la Semana de la honra, fecha en la cuál es tradición honrar a Oziel, dios de la guerra, y Neha, diosa del amor. Tanto el Emperador como el Rey estaban de acuerdo en que hoy debería visitar con Derek el templo de Neha para pedir su bendición. Se le haría muy difícil encontrar un vestido adecuado, que sea capaz de tapar las marcas que le aparecieron en los brazos y el cuello.

Beth volvió la mirada al libro que le había traído su amiga. No tenía nada de interesante, hablaba sobre la historia de Listra. Pasó varias páginas sin estar leyendo realmente, el libro era extrañamente liviano considerando su gran tamaño. En una de las páginas finales había una cadena de la que colgaba un anillo, quizá alguien que estaba leyéndolo decidió usar la sortija como marcapáginas para después seguir la lectura, aunque era una elección un poco rara. Era una joya hermosa pero espeluznante: simulaba ser una serpiente de paladio con una piedra de lo que creía que era obsidiana como su ojo, estaba enrollada en sí misma con la boca abierta. Los colmillos de la serpiente, a pesar de ser diminutos, se veían muy filosos. Haciendo caso a sus ideas imprudentes y no a la voz de la razón, presionó su dedo pulgar sobre los colmillos. Al instante notó el pinchazo en el dedo y una gota de su sangre cayó sobre la página del libro, manchándola. Se sorprendió al ver como la página se iluminaba y desaparecía para dejar a la vista un compartimiento secreto. Podía sentir el libro más pesado que minutos atrás, el hechizo de protección que se utilizó para ocultar el compartimiento jugó con la mente de la princesa para hacerle creer que era ligero.

Dentro había varias cartas y un sobre. El papel ya se encontraba amarillento y sucio indicando que estuvieron ocultos durante mucho tiempo, incluso parecía estar quemado un poco en los bordes. Nashira soltó una exclamación y se acercó para mirar sobre su hombro, y entonces recordó que no se encontraba sola, Betsabé había olvidado por completo la presencia de su amiga.

Agarró una de las cartas y comenzó a leer. Al parecer eran recopilaciones de las suposiciones de la gente sobre la extraña muerte del rey Ciaran, aunque no encontraba nada fuera de lo normal en ese papel. Se lo pasó a su amiga para que lo lea y agarró otra carta. Esta era distinta, estaba escrita con otra letra pero la firma del autor estaba tachada. Que conveniente.