🦅┊CAPÍTULO X

14 3 0
                                    

Los pasillos del castillo estaban desolados cuando la princesa se dirigió hacia el área de los sanadores, que se encontraba en la planta baja del palacio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Los pasillos del castillo estaban desolados cuando la princesa se dirigió hacia el área de los sanadores, que se encontraba en la planta baja del palacio.

Una pequeña luz, proveniente de una vela en el centro de la mesa, indicaba la única presencia en la oficina de la Sanadora Mayor. Beth observó la habitación, no era muy grande pero estaba llena de bibliotecas en cada pared. Había muchas plantas, varias que no logró reconocer, y un bolso —similar al que llevaba la princesa ahora—apoyado contra un rincón. Bastante desordenado para ser la oficina de la Sanadora Mayor pensó.

—No sabía que eras una aficionada de los cuentos— la princesa dejó caer estrepitosamente el libro Historias y relatos de la antigua Elyria en la mesa de trabajo.

Elianne se sobresaltó y dejó caer el frasquito que estuvo sosteniendo segundos atrás, el sonido del cristal rompiéndose resonó en la quietud de la noche y el líquido verde se esparció por el piso. Se dió la vuelta con la sorpresa reflejada en todo su rostro. La sanadora bajó su mirada color miel al libro y sus ojos brillaron, una pequeña sonrisa naciendo en sus labios. No parecía nerviosa por el hecho de que la princesa la había atrapado.

—Es una hora extraña para venir a verme—deslizó sus ojos por la figura de la princesa inspeccionandola, notando la capa que llevaba puesta y el bolso que colgaba de su costado—Y una forma extraña, también. Me alegra que te haya servido el libro.

Siin decir nada más, comenzó a juntar los vidrios rotos del suelo.

—Sabías cuál podría ser la causa de mi enfermedad y, aún así, te guardaste la información—trató de que su voz se mantuviera lo más firme posible, a diferencia del temblor que sentía en las manos y el profundo sentimiento de traición en el pecho. Elianne la conocía desde que era pequeña y había comenzado a quererla y confiar en ella. La llama de la vela comenzó a titubear—Como Sanadora Mayor, es un delito muy grave. Mi padre se pondría muy furioso si lo supiese.

Elianne suspiró como si toda esta situación la tuviera muy cansada, lo que contribuyó al mal estado de ánimo de la princesa, ¿qué razones podría tener ella para molestarse? No era la que estaba maldita ni la que estaba por morir. En sintonía con sus pensamientos, las marcas en su espalda comenzaron a arder enojándola todavía más. La llama de la vela comenzó a crecer.

Pasaron algunos minutos en silencio mientras la sanadora limpiaba el desastre que hizo con el frasco, cada segundo que pasaba la inquietaba aún más. Elianne se dirigió a una de sus tantas plantas —una flor blanca— y cortó casi todos sus pétalos. Volvió a su mesa de trabajo y los colocó dentro de un cuenco de madera, y con el mortero comenzó a molerlos. Sus movimientos eran mecánicos y perfectos, producto de haber pasado muchos años haciendo la misma labor. Cuando estuvo satisfecha con su trabajo giró para mirarla.

—Ser la Sanadora mayor no implica que recuerde cada una de las historias antiguas en las que se fundó este continente—su voz era cortante y, al parecer de la princesa, un poco rencorosa, pero ese rencor no parecía estar dirigido a ella. Posó sus manos en los brazos de la princesa y la miró. Por primera vez, Beth observó los ojos de Elianne con atención y notó lo viejos y cansados que se veían, preguntándose cuántos años podría tener realmente la mujer. Se sintió muy pequeña en comparación.—La gran mayoría de ellas actualmente están prohibidas, compartirte eso sí habría sido un delito muy grave, mucho peor de lo que te podrías imaginar. Así que discúlpame por no querer meterme por ese camino sinuoso pero, de todo corazón, espero que encuentres la cura a lo que te está sucediendo.

Una balada de maldiciones [#1 REINOS OSCUROS] EN PROCESOWhere stories live. Discover now