🦅┊CAPÍTULO IX

8 3 0
                                    

Todavía quedaban algunos puestos en la feria cuando llegó al bosque, las personas seguían disfrutando del agradable ambiente que había siempre durante esta época del año

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Todavía quedaban algunos puestos en la feria cuando llegó al bosque, las personas seguían disfrutando del agradable ambiente que había siempre durante esta época del año. La luna era mucho más brillante esa noche, como solía ser siempre durante la Semana de la Honra. Un regalo especial de Yue, diosa de la luna. 

Pero ni la belleza de la noche era suficiente para calmar el torbellino que se formó dentro de su cabeza, mientras intentaba apartar el peso de esas siete vidas perdidas anoche por causa suya.

Algunos grupos de personas parecían bastante tensos y la princesa creía saber la razón. Mientras caminaba, pudo escuchar los rumores, algunos no tan amables, que se habían formado debido al accidente del banquete. La tildaron de tirana o traicionera a la corona, creando versiones falsas de los sucesos y poniendo en su boca palabras que jamás había dicho, pero el que más le avergonzaba y perseguía era el de asesina. Ese era el único que era verdad.

Bloqueó lo mejor que pudo esos pensamientos, si seguía dándole vueltas a eso caería en un laberinto de culpa y perdición que le impediría concretar lo que tenía que hacer.

En cambio, ahora su mente estaba inundada de pensamientos sobre la falsa diosa de maldiciones, razón por la cual volvió a la feria para encontrar al vendedor que le había dado a su amiga ese libro y, con mucha suerte, hallar algo de información para aclarar sus dudas.

Su capa negra la protegía del frío viento de la noche, pero aún así, sus dedos se encontraban congelados y la princesa no quería arriesgarse a usar su magia para calentarse. Pasó de puesto en puesto, con la capucha ocultando su cabello y parte del rostro, tratando de deducir cuál sería el puesto correcto. Lo supo cuando la esencia de algo muy antiguo, y que ya había sentido antes, la alcanzó.

Se detuvo en un pequeño puesto con dos grandes estantes repletos de libros. Su vendedor, pese a sus orejas puntiagudas, mostraba signos de vejez. Tal vez era un mestizo.

—Estoy buscando un libro sobre mitología de Elyria.

El hombre la observó atentamente por unos segundos, la princesa esperaba que el hombre no se fijara en sus ojos grises. Sin darse cuenta, contuvo la respiración hasta que dejó de mirarla.

—Entonces vino al lugar indicado, señorita.— respondió el anciano con voz áspera. Le guiñó un ojo y se dió la vuelta para buscar en una de las bibliotecas detrás suyo. Todos los libros aparentaban ser antiguos, podía ver el polvo acumulándose sobre ellos. El anciano puso tres libros sobre el mostrador y con un movimiento de la mano le indicó a la princesa que los revisara.

Beth ojeó los índices y algunos capítulos que le llamaron la atención bajo la atenta mirada del vendedor. Para su decepción, ninguno decía nada sobre una diosa de maldiciones. Probando su suerte, dijo:

—Están incompletos, son dieciséis dioses. Todos mencionan quince.

—Son los únicos libros que tengo, princesita.

Una balada de maldiciones [#1 REINOS OSCUROS] EN PROCESOWhere stories live. Discover now