🦅┊CAPÍTULO XIV

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Debería faltar menos de una semana para llegar a la Isla Gólgota y, con mucha suerte, acabar con la maldición de una vez por todas

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Debería faltar menos de una semana para llegar a la Isla Gólgota y, con mucha suerte, acabar con la maldición de una vez por todas. Y Derek seguía sin hablarle.

Después del incidente en la cubierta se decidió a ignorarla descaradamente, podía contar las veces que le dirigía la palabra durante sus entrenamientos diarios. Parecía que la princesa había golpeado muy fuerte en su ego de macho fae, nunca imaginó que el maldito macho llegaría a ser tan, pero tan, orgulloso. Jodido Dabria.

Parecía que Derek liberaba toda su frustración de macho-con-ego-herido durante sus entrenamientos, los cuales se habían vuelto mucho más largos y rigurosos. Bien, Betsabé decidió que podía devolverle todo lo que le arrojara.

Toda esa situación le hacía recordar a una vez que Nashira le había dicho que la ira podía llegar a ser muy peligrosa ya que era un incentivo lo suficiente fuerte para lograr cualquier cosa. Estos últimos días le sirvieron como prueba para reafirmar las palabras de su amiga. Los bloqueos de la princesa, que solían ser demasiado débiles, se fortalecieron y perfeccionaron; su cuerpo se movía con tal gracia y agilidad que bien podría haber sido una bailarina en otra vida—lo cual no estaba muy alejado de la realidad, la princesa amaba el arte—, aunque atribuía su agilidad, en parte, a su lado hada fae. Aún descuidaba su franco izquierdo por momentos, pero no era nada que no pudiera solucionar en los días que les restaban a bordo del Halcón del Sur.

Quizá estaba sacando conclusiones precipitadas y hablaba desde el enojo del momento, pero una vez que llegasen en la isla no estaba segura de hasta qué punto Derek podría serle de ayuda. Si su orgullo lo hacía incapaz de dirigirle la palabra ahora, ¿cuánto más cambiaría al bajar del barco? No podía echarse para atrás una vez que el barco se detuviera en la isla, ¿cierto? La princesa no quería que sus propias emociones se interpongan en su misión, pero a veces cuando estaban en mitad del entrenamiento, eufóricos por los movimientos que realizaban, unas ganas inmensas de gritarle y exigirle que hable con ella la invadía. Muy en lo profundo de corazón sabía que si Derek decide cambiar de opinión y abandonarla ahora no podría soportarlo.

La única que parecía divertida con esta situación era la irritable bruja de cabello azul. Podía sentir sus ojos burlones desde el otro lado de la cubierta, observando como Derek intentaba desarmarla.

Otra cosa que había cambiado estos últimos días era que los movimientos del guerrero fae se habían vuelto más descuidados hasta el punto de casi parecer distraído, algo que era impropio de él. Beth decidió usar eso a su favor y pateó su pierna izquierda para desestabilizarlo. Derek aterrizó sobre su antebrazo para reducir el impacto del golpe, la princesa lo inmovilizó contra el piso. Su rostro reflejaba la misma indiferencia de siempre cuando su prometida acercó el filo de la espada a su cuello. El único indicio de sorpresa que Derek se permitió mostrar fue un parpadeo.

Los ojos tormentosos de la princesa se encontraron con los lobunos del guerrero. Se podía sentir la tensión en el aire, pero por razones muy distintas a las que Betsabé una vez creyó tener. Se sentía tan confundida. El aroma a eucalipto, que le parecía tan agradable antes, la mareaba.

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⏰ Last updated: Jan 19 ⏰

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Una balada de maldiciones [#1 REINOS OSCUROS] EN PROCESOWhere stories live. Discover now