𝑷𝒖𝒓𝒑𝒍𝒆 𝑯𝒆𝒂𝒓𝒕 ── 𝑻𝒉𝒆 𝒔𝒄𝒉𝒐𝒐𝒍 𝒇𝒐𝒓 𝑮𝒐𝒐𝒅 𝒂𝒏𝒅 𝑬𝒗𝒊𝒍

𝔱𝔴𝔢𝔫𝔱𝔶 𝔣𝔬𝔲𝔯 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯

Sophie agitó su dedo encendido justo cuando la flecha cerca de mi pecho. Todas las armas se convirtieron en margaritas y bajaron hasta el suelo, cuando de ahí dos Nuncas trajeron a Aggie, Jack, Mich y Alex, que no podían hablar.

Caí al suelo en sollozos cuando llego Aggie y los demás fueron con los Siempres, no se podían mover de ahí por un hechizo.

Tedros nos miró a mí a Sophie con un miedo inundado.

En serio iba a matarme...

— Jamás fuiste bueno en los desafíos, ¿verdad, Teddy?

— ¡No! - Tedros cayó de rodillas y entre sus brazos, pero lo alejé, no podía ni verlo.

— Ese sí es un buen final. El príncipe intenta de matar a su princesa - dijo Sophie con deleite - Afortunadamente vino el Mal a salvarla. Sin embargo, esta situación, en general, genera un planteo. ¿Qué sucede cuando el Mal se convierte en el Bien?, cuando el Bien ataca y el Mal defiende. Me parece que el Bien se ha vuelto malo y el Mal se ha vuelto bueno.

Las verrugas de Sophie desaparecieron mágicamente, su piel volvió a su juventud, su cabello le creció, había vuelto a como era antes.

Al mismo tiempo, todos los villanos empezaron a cambiar, pareciendo un poco más "estéticamente" lindos o según el estereotipo, dejaron sus ropas de colores oscuros para que cambiaran a ser de colores claros.

— ¡Váyanse, Tedros! - alerté, pero él avanzó hacia Sophie cuando dos hachas lo aprisionaron por el cuello.

— Teddy, tenemos mucho de qué hablar. Tú y tu ejército trataron de matar a una multitud de gente inocente. Y eso es muy malo, ¿no lo crees? - después de lo que dijo Sophie se oyeron gritos de los Siempres.

Beatriz gritaba de dolor mientras su espalda se encorvaba con un crujido. Luego su cabello se volvió blanco y se le llenó la cara de verrugas.

Poco a poco todos los Siempres fueron cambiando, sus trajes y vestidos cambiaron de color al ser negros. Uno por uno, los Siempres se "afearon". Agatha y yo fuimos las únicas que no nos afectó el cambio de aspecto.

Los Nuncas señalaron a los Siempre, a lo que se sumaron coros de risas de triunfo, echando por tierra un legado de derrotas.

— Creo que si pusieron atención a clase de Afeamiento - bromeo Sophie

Agatha y yo nos acercamos a Sophie.

— ¡Tu guerra es conmigo, Sophie! - grité

— ¡Déjalos ir en paz! ¡Ya fue suficiente! - exclamo Aggie

— Por supuesto, queridas. Las puertas están abiertas

— Por favor, Ted. Termina con esta guerra, tú tienes mayor mando aquí ante ellos, regresen - le rogué

— No puedo abandonarte, ya no - dijo el príncipe con una voz ronza.

— Esta vez tendrás que confiar en mí

— ¡Retírense! - aviso a sus compañeros con la voz entrecortada - ¡Retírense ahora mismo!

Con un grito angustiado, las puertas se cerraron en sus rostros. — Es demasiado tarde. Ellos atacaron, ¡nosotros defendemos!

En ese momento ambas escuelas empezaron a pelear. Agatha intento de evitar que pelearan, pero ya era demasiado tarde.

Pudimos encontrar a nuestros amigos y por suerte se negaron a pelear, solo se defendían.

Unas flechas venían hacia nosotros, asique Aggie las convirtió en flores, luego unos cuervos vinieron e intentaban de atacarlos, pero los mate con unas flechas.