𝔫𝔦𝔫𝔢𝔱𝔢𝔢𝔫 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯

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— Supongo que mi entrada fue demasiado épica - reflexionó Merlín mientras me ayudaba a recostar a Tedros en el sofá - Pero un mago no puede simplemente evitarlo.

— ¡No me hables, no me mires, aléjate! - murmuró Tedros - No es como si fuera tu primera vez... vienes después de años y ¿solo haces bromas? Y por cierto, aclaro, no me desmaye

Le di una mirada fulminante antes de acomodar sus pies y darle una manta para que se abrigue porque hacía demasiado frío.

— Cuando era niño era aún más sensible, imagínate. — suspiro mientras se sentaba - Su padre le diría "Búscate a una chica que realmente pertenezca en el Bien", en cambio, yo siempre le decía "Búscate a una chica que te dé una buena patada en trasero" A veces es bueno razonar y otras, solo tienes que darles una buena paliza.

Tedros lo miró con los ojos colorados de ira. — ¿Crees que es gracioso? - en la mirada de Tedros se notaba dolor y enojo, Merlín pudo notarlo al instante.

— Tedros... sé que tengo muchas cosas que explicar y-

— No. Nada de explicaciones. Mi madre se escapa con el mejor amigo de mi padre cuando tenía 9 años. Justo con Lancelot, quien me regalo mi primera espada, quien me cargo en su espalda, quien fue mi ídolo y actuaba como mi amigo... ¡Ella ni siquiera se despidió, Merlín, nada, ¡no dijo nada! - sollozo Tedros - Pero no importo nada de eso, aunque viera a mi padre cada día encerrándose en sus aposentos... tú mantenías a la familia unida y luego de una semana te fuiste. Todos se fueron, mi padre, mi madre, Lancelot y tú... me quede totalmente solo pensando que te habías muerto y haciendo todo lo posible para ser el mejor rey de Camelot en tu nombre y el de mi padre... todo... ¿Para qué recién aparezcas?

Quería abrazarlo, realmente quería, pero... no era momento, no lo era.

Toda alegría que reflejaba el rostro de Merlín desapareció.

— Hubiese tenido que marcharme del castillo mucho antes de esa noche, Tedros. Tu padre ya no me consideraba un amigo, sino, me veía como un viejo tonto, que estaba allí solo para molestarlos, regañarlos y frenarlo. El joven Arturo hubiera confiado en mí cuando le dije que no le daría una poción para espiar a Ginebra, pero el viejo Arturo, celoso y arrogante robo mi receta y le tendió una trampa a su propia esposa. He tenido que abandonar Camelot para proteger a tu padre, principalmente, si él no hubiese robado el hechizo, las cosas serían muy diferentes. Él ya no me necesitaba.

— ¿Y yo? Yo si te necesitaba, era solo un niño

— No podía cometer los mismos errores contigo que con su padre... necesitaba que crezcas solo hasta el día que realmente me necesitaras para sobrevivir... y ahora estamos aquí reunidos, pero ya no estoy con el niño que deje alguna vez, sino con un joven que será un excelente rey junto a su princesa y sus aliados. Aunque, sin duda, tendrán hijos muy interesantes - murmuró Merlín al final

Era la segunda vez que lo decían...

— Después de todo lo que paso... me podrías dar algo, M - rezongó Tedros mirando a Merlín a hurtadillas - Lo mismo de siempre: malvavisco doble y crema de caramelo, por favor.

Merlín esbozó una sonrisa. De su cono de estrellas extrajo un elevado tazón de piedra con chocolate caliente y dos malvaviscos enormes y esponjosos, con una montaña de crema batida multicolor y se la entregó al príncipe.

Tedros estaba a punto de dar un sorbo... y luego me miró.

— ¿Quieres probar? - me pregunto sonriente

Me sorprendí al ver que me quisiera invitar su comida, sabía que él amaba la comida y que realmente se podía ver en sus ojos que moría por probar aquella bebida. Pero yo también.

𝑷𝒖𝒓𝒑𝒍𝒆 𝑯𝒆𝒂𝒓𝒕 ── 𝑻𝒉𝒆 𝒔𝒄𝒉𝒐𝒐𝒍 𝒇𝒐𝒓 𝑮𝒐𝒐𝒅 𝒂𝒏𝒅 𝑬𝒗𝒊𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora