𝔗𝔥𝔦𝔯𝔡 ℭ𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯

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Corrimos lo suficiente para perderlos y dejar de escuchar sus voces. Teníamos que buscar a Sophie, pero ¿a dónde iríamos? ¿A un lugar donde moriríamos?, todas esas mujeres inocentes que habían sido quemadas públicamente, no podíamos terminar así, con solo pensar en eso, se me revolvía el estómago. A veces los humanos podemos llegar a ser muy crueles.

Sin saber cómo, nos adentramos al Bosque Infinito. 

Mientras más avanzábamos, más cómodo se nos hacía ver entre la completa oscuridad. Ahí vimos a ocho sombras delgadas que se alzaban desde el suelo en un círculo alrededor como espirales humo.

Eran víboras, solo que más gruesas que las comunes, negras como el carbón, con cabezas achatadas. De repente, todas escupieron unos pegotes mucosos que nos inmovilizaron contra un árbol.

Estaban a punto de matarnos cuando las víboras retrocedieron chillando y volvieron a esconderse, vimos cómo nuestros dedos brillaban, el sentimiento por la supervivencia podía ser muy fuerte.

Llenas de dolor y pegadas al árbol, hicimos un hechizo para deshacernos de la mucosidad que nos tenía atrapadas, con un hechizo básico. Usamos nuestros dedos como si fueran antorchas, teníamos que buscar a Sophie, sobre todo porque ahora, que era de noche y el bosque se volvía más peligroso.

Ahora que regresamos, ¿qué haría?, ahí estaba él, Tedros. Después de mucho tiempo pude pronunciar su nombre, aunque sea en mi mente. Recordaba cuando empecé a desaparecer y el intento de alcanzarme, ahogando un grito: "¡Espérame!"

Había tenido la oportunidad de haberme quedado aquí, con mis amigos, con él, solo si hubiera tomado su mano. Ahora estaba atrapada entre dos mundos.

Sin embargo, había escogido a Sophie. He tomado la decisión correcta. Era el único final feliz que había deseado, el final que tenía que escoger.

Solo teníamos que buscar a Sophie, esa era la misión.

Pronto olimos un perfume de lavandas, Sophie solía utilizar ese, después que Mich me lo regala por mi falso cumpleaños.

Ella estaba amarrada a uno de los árboles. Había pinchazos de chuchillo poco profundos en cada una de las palmas de sus manos, de las que los Ancianos habían tomado sangre para escribir un mensaje escarlata sobre su pecho: "Llévenme"

Agatha desato a Sophie con un cuchillo que tenía, mientras que yo encantaba un hechizo para limpiar la sangre.

— Sophie, lo lamento - lloriqueo Aggie

— Iremos a casa... lo prometo - sollocé

A penas Sophie, quedo libre, nos tapó la boca con sus manos congeladas. Ella estaba mirando asustada hacia un punto fijo, ella miraba hacia los demás árboles, todos tenían pergaminos pegados a los troncos, todos eran idénticos. Estos eran un cartel de búsqueda, buscaban a Sophie, viva o muerta. Lo más sorprendente era que fue orden del Director.

— ¡Es imposible! - grito Agatha

— Él está muerto... — susurre, no podía ser él

De repente, entre los árboles se vislumbraron destellos rojos. Algo se acercaba.

Agarre a Sophie de la muñeca y junto con Aggie, nos escondimos detrás de un tronco.

A través de las ramas, logre ver a unos hombres con capuchas de cuero rojas, llevaban flechas con punta de fuego. Eran más de 20, intentaba de contarlos hasta que uno de los chicos me miro directamente. Sonriendo, alzó su arco.

— ¡Abajo! - chillé

La primera flecha rozó el cuello de Sophie al tiempo que nos lazábamos a la tierra, mientras decenas de fechas en llamas nos rozaban y encendían los árboles a diestra y siniestra. Hicimos todo lo posible para huir hacia lo profundo del bosque, esperando despistarlos. Pasamos por un claro en árboles que guiaban al sendero del bosque, los habíamos despistado y encontrado un camino "seguro".

𝑷𝒖𝒓𝒑𝒍𝒆 𝑯𝒆𝒂𝒓𝒕 ── 𝑻𝒉𝒆 𝒔𝒄𝒉𝒐𝒐𝒍 𝒇𝒐𝒓 𝑮𝒐𝒐𝒅 𝒂𝒏𝒅 𝑬𝒗𝒊𝒍Where stories live. Discover now