Capitulo 7

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—Mamá, esto está delicioso. —menciona, Seth, probando la nueva receta de Waffles de mamá.

Yo por otro lado, solo miro la comida, en las mañanas nunca me da hambre, así que solo tomo un vaso con agua y miro fijamente el platillo.

—¿No vas a comer, Sky? —pregunta, mamá.

—Sabes que mi apetito es nulo en las mañanas.

Me gano la mirada de papá y él asiente.

—Ya comerá en el aeropuerto o en el avión.

El vuelo salía a las 11:30 am, mamá nos despertó a las 7:00 am para ducharnos y estar listos, porque a las nueve saldríamos de la casa, llevo un pantalón negro ajustado y un top blanco, mi cabello está perfectamente peinado con ondas y me maquillé a lo natural, por mi, me hubiera ido en pijama, pero papá dijo que el dueño de la empresa nos recibiría en el hotel.

—Bajaré mi bolso y mi maleta.

Me levanto y subo las escaleras, es un fin de semana fuera, así que solo llevo cuatro cambios y dos pares de tenis, mucho de mi maquillaje y accesorios, como la plancha para el cabello, jabones, cremas para la piel, mi cepillo, etc.

A lo lejos escucho el timbre, ya habían llegado.

Los Hamilton.

Me miro al espejo y me digo que todo estará bien, que Blake y yo no haremos nada para perjudicar el trabajo de nuestros padres, que nos comportaremos y que no nos mataremos en el intento.

Salgo con mi bolsa y la maleta, y bajo las escaleras con dificultad, dejo la maleta cerca de la puerta y voy a la sala de estar donde todos se encuentran reunidos.

Saludo a los padres de Blake y cuando me toca acercarme a él, me pongo de puntas y él se agacha un poco para saludarnos con un beso en la mejilla, cosa que nunca habíamos hecho.

La presión de sus labios sigue en mi mejilla, puedo jurar que me sonrojé, pero solo me aparto con rapidez y me siento en el sofá, puedo sentir la mirada de todos, pero puedo apostar que nuestros padres sonríen y Seth tiene una mala cara.

—La camioneta ya está afuera. —menciona el padre de Blake, mirando su celular.

—Seth, ayúdame con las maletas. —mi hermano suspira y va y ayuda a mi padre.

Blake y yo nos quedamos en la sala de estar, ninguno habla, solo se escuchan nuestras respiraciones, me levanto y siento a Blake acercarse, pone una mano en mi cuello y alzo la mirada, esos ojos azules con tonalidades grises me distraen, su pulgar acaricia parte de mi cuello y suspira.

—Quiero joderte, quiero que recuerdes que no podemos tener una tregua.

—Algún día yo voy a ganarte, Blake.

—No te equivoques, Pulgarcita. Yo nunca pierdo.

Me trago en decirle que perdió en la pelea de la madrugada, pero se supone que él no sabe que yo entré.

—Algún día perderás contra mi, ya no soy una niña, Blake, te estoy demostrando que puedo defenderme y que también puedo joderte. —aprieta mi cuello con fuerza y yo aprieto su muñeca clavando mis uñas.

Siento que empieza a sangrar la zona donde estoy clavando las uñas con fuerza, Blake parece no dolerle porque no me suelta. Escuchamos un ruido y nos separamos por completo, mi madre nos mira con una sonrisa y nos hace una seña para salir.

Definitivamente no se como íbamos a soportar fingir que nos llevamos bien y que somos una bonita pareja feliz.

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