52. Hermana

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¡Ya sé que todas querían leer éste capítulo!

Se vienen cositas...

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Narra Stacy

El corazón me late desbocado y solo puedo abrir los ojos sorprendida. Papá se encuentra algunos pasos de distancia y ni siquiera me importa si ha escuchado algo de nuestra conversación, porque lo he extrañado tanto, que solo quiero correr hacia él.

—Hola, papá —murmuro.

Él abre y cierra la boca, como si no encontrara las palabras.

—¿Cómo es que estás aquí? —su voz se quiebra—. Hija...

Sonrío, con los ojos cristalizados y doy un paso a dirección.

—Créeme que no ha sido fácil, pero estoy aquí. Quiero...

—Ella no tiene nada que hacer en nuestra casa, Leo. —La mujer que se supone es mi madre nos interrumpe. Su voz es hostil, pero noto la palpante preocupación—. Debe irse.

Giro para mirarla y ella hace de todo para desviar su vista. Lo único que desea es que me vaya para poder mentirle a mi padre y hacerse la víctima, como siempre.

—Y ya te dije que no me iré. Vine a Aspen con un propósito y lo cumpliré, debemos hablar muchas cosas como "familia" —siseo.

Finalmente sus ojos se encuentran con los míos y puedo jurar que hay llamas en ellos, pero está haciendo todo lo posible para controlarse y mi quedar en evidencia.

No le conviene.

—Me gustaría abrazar a mi hija, pero también, me pregunto que son esas cosas —papá habla firme.

—¡No es nada! —Prácticamente se interpone entre nosotros y parece estar a punto de tener un colapso—. ¡No la escuches, Leo, ella no tiene nada que decir!

—¡Ya deja mentir! ¡Deja de verle la cara a todos! ¿No te cansas de todo esto? —pregunto en un hilo de voz.

—¡Tú te callas! ¡No te quiero escuchar! ¡No...

—¡Ya basta! —Abro los ojos ante el grito de papá—. ¡Voy a escuchar lo que mi hija tenga que decir y no lo impedirás!

Somos testigos de como mamá se lleva una mano al pecho y niega sin parar. Cae sentada en el sofá.

—¡No puedes! —dice, casi sin fuerzas.

De un repente sus ojos se cierran y cae en el sofá. Papá corre hasta ella y la sacude, pero no reacciona. Trago saliva.

¿Qué está pasando? ¿Estará bien?

—¿Qué...?

—Solo se ha desmayado, no es primera vez que la pasa —su voz es ansiosa—. La llevaré a su cuarto.

La toma en sus brazos, pero antes de subir las escaleras me da una mirada que me desarma por completo. Sus ojos cristalizados me hacen querer abrazarlo, pero también me piden que le dé su espacio.

Porque él lo ha escuchado. Papá ha escuchando aunque sea un poco mi conversación con mamá y aquello lo quema por dentro.

En su mirada solo hay culpa.

★★★★

—Puedes pasar, Stacy. No hay problema. —Alex me insiste.

Me quedo algunos pasos de distancia de la puerta de su casa. No creo que sea buena idea que entre cuando no tengo una gran relación con mi hermana.

Todo Lo Que Quiero (#2) Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora