Capítulo 2

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"Los Hargreeves"

De nuevo se encontraban fuera de la casa, sólo con el equipaje que dejó la extraña figura, se miraban entre sí, preguntándose con los ojos qué deberían hacer, hasta que sus miradas se posaron en Klaus, quien iba caminando decididamente a la puerta, diciendo: "Yo no sé ustedes pero, allá adentro huele delicioso y yo muero de hambre".

"Klaus, idiota, este NO es momento para pensar en eso" dijo Diego tomándolo por el cuello de la camisa, molesto por su comportamiento ligero e infantil, sin saber por qué esperaba algo diferente, después de todo, seguía siendo Klaus. "No podemos llegar así nada más y atacar su comida, debemos pensar en qué decirle"

"Claramente a ustedes dos, idiotas, no los pondremos al frente de este asunto" regañó Cinco con su clásico semblante autoritario. "Estamos llegando a desordenarle la vida, y el ente se dirigió a mí, claramente debo ser yo quien hable".

"Cinco..." llamó Luther, tímido. "Creo que debería ser Viktor quien hable, en última instancia, yo" sugiere. "A veces... no sabes tratar a la gente"

Cinco claramente se molestó, empezaron a discutir quién debía hablar, de qué manera explicarle que están aquí, llegando, como es costumbre en los Hargreeves, a los gritos, sin enterarse nadie, ni por un segundo, que la puerta se abrió y la chica los observaba con una sonrisa, mordiéndose el labio inferior, tratando de no soltar la carcajada, claro que estaba sorprendida, algo asustada, preguntándose qué tendría el agua de mango que se encontraba bebiendo en el momento en que escuchó subir de tono la discusión.

No fue hasta que vió a Cinco acercarse peligrosamente a Klaus que decidió intervenir, poniendo su mano sobre el hombro de Cinco con una delicadeza envidiable y, a la vez, con una firmeza de temer.

"Cinco" Le llamó, firme, como si fuera de lo más normal hablarle en su dimensión. Él volteó dispuesto a ahorcar a quien haya intervenido, pero se detuvo en seco cuando vió esos ojos cafés por primera vez, serios, sin dejarse leer, las facciones de la chica eran elegantes, y en ese momento, serias, dejándolo pasmado al instante. "Basta, por favor".

"¿Desde cuándo estás viendo todo esto? Que vergüenza" dijo Luther claramente avergonzado del comportamiento de sus hermanos.

"Yo no vengo con ellos" dijo Ben (Sparrow) tratando de alejarse de Klaus, quien se escondía detrás de él.

La chica solo rió por lo bajo y se adentró en la casa. "Vienen, ¿o qué? La cena está lista" Les llamó desde adentro, haciendo que todos tomaran las maletas a prisa y corrieran a la entrada, haciendo de nuevo, un drama, cuando ella aplaudió llamando su atención. "Ustedes van a ser un escándalo constante, ¿no es cierto? Siéntense de una vez" ordenó.

Iban a avanzar hacia la mesa, que ya estaba puesta, pero volvieron su vista hacia las maletas.
"Pueden dejarlas ahí mientras cenamos, eso sí, no quiero desorden".

Ella se sentó en la cabecera de la mesa, Cinco frente a ella, a su mano derecha estaban Ben, Klaus y Viktor, a su mano izquierda Lila, Diego y Luther.

Ella les preparó Lasagna, los observaba empezar a comer, hasta que su mirada chocó con la de Cinco, el café sereno contra el verde defensivo, el contacto visual lo rompió ella al tomar de su taza de café (el olor inundaba el comedor), en ese momento Cinco notó que ella no tenía plato.

"¿No comes...?" Preguntaba Cinco, dándose cuenta también de que nadie preguntó su nombre, todos dejaron de comer en seco, apenados, ¿por qué comían si la anfitriona no lo hacía?
Ella retomó el contacto visual con Cinco, igual de seria. "Miranna. Y no, de pronto se me fue el hambre, solo tomaré café hoy. Ustedes coman, por favor, han pasado por mucho". Finalizó tomando un sorbo más de su café.

Viktor notó que sencillamente los estaba acompañando a cenar, como cuando Carl llegaba muy tarde a casa y Sissy servía su cena y se sentaba a esperar que terminara, "Así que eres algo tradicional" pensó Viktor, retirando la mirada antes de conectar con la de ella.

El silencio no era nada incómodo, todo lo contrario, se sentía acogedor, en paz, como si llevaran mucho tiempo viviendo todos juntos.
Por su lado, Miranna seguía procesando la situación, claro que estaba aterrada hasta la médula, nerviosa, ¿Cómo haría para convivir con ellos? ¿Qué pasaría ahora? Sí estaba acostumbrada al flujo abundante de personas en su casa, después de todo, sus amigos de la escuela iban muy seguido de visita y muchas veces se quedaban a dormir, sin mencionar las veces que ha ayudado a ciertos familiares por una noche o unos cuantos días, pero esto... esto era demasiado diferente. Tendría que acostumbrarse a compartir su espacio quizás para siempre. Hacía años que ella no compartía tanto su espacio. Tenía la mirada perdida en su café, Cinco lo notó, hablaría con ella después.

Al terminar de cenar, Miranna se dirigió a la cocina para limpiarla, no dejó que nadie la ayudara, dijo que ella tenía su modo de hacer las cosas, que después verían cómo se ayudarían entre todos con la casa y que podían esperarla en la sala para llevarlos a sus habitaciones.

En la sala, Cinco caminaba, observando los cuadros en la pared, las fotos en los portarretratos, todas eran de alguien o algo en específico, incluso de ella en algunos lugares, pero no, ni una sola fotografía con amigos, o familiares siquiera. Qué extraña.
Los demás discutían entre ellos lo que harían al día siguiente, quedarse quietos y no ayudar en nada no era su estilo, era más el de Klaus, pero esta vez quería hacer las cosas bien.

"Muy bien, terminé con la cocina, ¿listos para ir a sus habitaciones?" Preguntó Miranna saliendo de la cocina, descalza, todos notaron que en ningún momento se ha puesto zapatos, o sandalias siquiera.
Ella los guió escaleras arriba, a un pasillo donde del lado izquierdo había 3 puertas, y en el derecho otras 3.
"Bien, en esta primera habitación" dijo la anfitriona abriendo la puerta de la primera habitación del lado izquierdo del pasillo "dormirán Lila y Diego, de nada" bromeó ligeramente, haciendo sonreír a los enamorados, quienes entraron con sus respectivas maletas a instalarse.

"La siguiente es para Klaus y Ben" señaló la segunda puerta a la izquierda. "Así podrán empezar de cero" Klaus aplaudió emocionado, Ben solo rodó los ojos y respondió para si mismo "¿cuál es la obsesión con esto?"

"Después tenemos la habitación de Viktor y Luther, pasen chicos, descansen".

"No intentará que duerma con ella, ¿o si?" Pensó Cinco.

El Derecho a Vivir (Five Hargreeves)Where stories live. Discover now