Capítulo 4

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"Los cambios"

Tenía una noche muy pacífica, hasta que sintió demasiado aire.

"No... por favor no."

Al abrir los ojos se encontraba nuevamente ahí, en medio de toda la destrucción, completamente solo, a unos pasos de las tumbas de sus hermanos.

"¡No!"

Suplicar era inútil. No podía moverse, su cuerpo se sentía pesado, hacía frío.

"¡No, por favor no!"

Y entonces

"¡Cinco!"

Despertó. Miranna lo veía con preocupación, ambas manos en sus mejillas. "Dios mío, estás sudando frío, ven, rápido" dirigió su vista a la puerta, abierta, con todos observando la escena "¿Qué hacen ahí? Vayan a dormir, él necesita espacio, yo me ocuparé" ordenó con severidad.

Y se retiraron a sus respectivas habitaciones, nadie se atrevió a cuestionarla. Ella lo ayudó a levantarse, lo dirigió al baño y, con una pequeña toalla azul, pasó agua tibia por su cara. Cinco estaba estático, las lágrimas caían por su cara, no entendía por qué no podía reaccionar al contacto de la chica.

Ella lo llevó a la cocina, lo dejó sentado en una de las cuatro sillas, frente a la mesa y se dirigió a preparar café negro. En estas ocasiones, ella prepararía un té de manzanilla, pero considerando de quién se trataba, el café era perfecto.

Dejó la taza frente a él, y entonces, reaccionó.

"Ni una palabra de lo que acabas de ver" gruñó el de ojos verdes.

"Ni una palabra se dirá" concedió la chica.

En ningún momento lo dejó solo, esperó pacientemente a que terminara su café, en silencio, limpió todo al terminar y subieron.

"¿Estarás bien?" Preguntó ella al llegar a la puerta de Cinco.

"Tengo que" suspiró el joven.

"No, no tienes qué. Siéntete libre de tocar mi puerta si necesitas algo"

"Miranna" le llamó. Ella volteó, notando lo bien que se sentía escuchar su nombre en él. "Gracias"

Sonriendo con amabilidad, entraron a sus habitaciones.

No pasó ni una hora para que ella escuchara ruido nuevamente. Ya no pudo dormir después de tranquilizar a Cinco, abrió su puerta buscando la fuente del ruido, era Ben, bajaba las escaleras. Lo siguió hasta la sala y observó al chico sentarse frente a la ventana que daba a la calle, en silencio.

"Sé que estás ahí, misteriosa anfitriona"

"¿Misteriosa?" Se preguntó Miranna. Caminó hacia él y se sentó a su lado. "Sé que compañía no es lo que deseas, pero siendo esta mi casa, me importa un comino, ¿qué pasa?"

Aquello hizo reír levemente a Ben.

"No entiendo por qué están todo obsesionados con que forme lazos con el drogadicto" comenzó a explicar "Y no sé qué pasará ahora conmigo"

Miranna sonrió, comprensiva. "¿Puedo?" Dijo tomando su mano, esto sorprendió a Ben, pero no la apartó, asintió y escuchó. "Los cambios son difíciles, Ben Hargreeves, turbulentos y aterradores. Acá entre nosotros, tengo algunos padecimientos, entre ellos, la ansiedad, he tenido a los cambios toda la vida, por impredecibles, más que nada, pero Ben..." se miraron a los ojos, Ben estaba pasmado con sus palabras "Son necesarios, con todas sus matices, también me sobre pasa la situación, pero tengo un truco" sonrío.

"Exijo saber ese truco" dijo Ben con cierta complicidad.

"Tenemos que ir un día a la vez, mi madre dice que cada día trae su propio afán"

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Hello!! Espero que este capítulo les guste mucho, les amo, Feliz día de San Valentín 💘

El Derecho a Vivir (Five Hargreeves)Where stories live. Discover now