Capítulo 15

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A la mañana siguiente, Cinco se encontró despertando solo en la cama de Miranna. Se levantó decepcionado, esperaba que ella fuera lo primero que viera al despertar en lugar de... esto.

"¡Vamos, Ben, era solo un juego!" gritaba Klaus mientras Ben lo pateaba por el pasillo, muy molesto. Al parecer, Klaus le jugó una broma un poco pesada, ¿cuál? Ni idea, y al viajero del tiempo no le interesaba en lo absoluto. Pasó por un lado del par sin intentar llamar su atención.

Olía a café, a su café. Inconscientemente sonrió, bajó y entró en la cocina esperando encontrarse esa hermosa y radiante sonrisa, en cambio, encontró a Lila, Diego y Luther sirviendo el café y el desayuno. 

"No está aquí, precoz" se burló Lila.

Cinco frunció el ceño y dirigió su mirada a los números Dos y Uno, esperando una explicación, obteniendo un "salió temprano". 

¿A dónde fue? Se preguntaba Cinco a lo largo de la mañana, mientras se arreglaba, mientras intentaba mantenerse ocupado arreglando detalles de la casa aquí y allá. 

Cerca de la puesta de sol, Miranna entró como un tornado a la casa, corrió directamente a su recámara, se empezó a peinar, a maquillar, y entonces recordaron, ¡la graduación era hoy! 

Todos empezaron a correr también, Luther fue a buscar el medio de transporte (no iban a dejar que fuera caminando a su noche especial),  Diego y Lila fueron a la cocina a preparar un kit de emergencia (basado en notas mentales que ellos hacían entre sí cuando veían a Miranna estresada, nerviosa, etc.), Víktor y Klaus la ayudaban a peinarse, Ben estaba buscando la cámara cuando Cinco se apareció detrás de él. 

"Está en la caja color negro, maldito lento" dijo empujándolo para agarrar la caja, ambos subieron las escaleras a empujones, forcejeando por ver quién le daría la caja a la chica. 

Ambos caen a los pies de ella, quien divertida, pone los ojos en blanco y toma la caja.

"Gracias" les dice y entonces ponen todos atención a ella. 

Lleva puesto un vestido negro, largo, ceñido al cuerpo con abertura del lado derecho de la falda, el escote era a los hombros, sin mangas, con flores de hombro a hombro. El cabello iba recogido, dejando unos cuantos cabellos rebeldes, su maquillaje era suave en los ojos, atrayendo la atención (sobre todo la de Cinco) a sus labios que pintó de un rojo intenso. 

Los siete hermanos estaban impresionados, sabían que ella era hermosa, pero esa noche lucía espectacular. 

Se veía nerviosa, estaba muy nerviosa, no le gustaban mucho los grandes eventos, pero tenía la obligación de estar ahí. No podía llevar acompañantes por políticas de la escuela. 

"¿Estarás bien?" Le preguntó Cinco con suavidad. 

"Sí, nos vemos" le contestó ella evitando el contacto visual. 

Cinco quedó estático con su reacción, ¿lo estaba evitando? ¿Había hecho algo mal? ¿El beso la incomodó? Después de pensarlo un rato, llegó a la conclusión de que quizá sí la había hecho sentir incómoda, así pues, decidió esperar en su habitación hasta que regresara de su fiesta. 

Pasó una hora, Cinco sale de su habitación y baja a la sala de estar, donde están Klaus y Víktor. 

"¿Todo bien?" le pregunta Víktor. 

"Sí" responde Cinco en un suspiro. 

"Se nota, pequeño, se nota" dice Klaus. 

"No me digas así" le regaña Cinco. 

"La verdad si te hemos notado diferente hoy" señala Luther, saliendo de la cocina con palomitas "Eh... ¿podemos ayudarte con algo?"

Cinco les dirige una mirada a todos, finalmente suspira y les cuenta. 

"La besé anoche"

Abrieron los ojos, probablemente llevando su imaginación a los extremos. 

"¡Solo eso, idiotas! Fue un impulso, y creo que arruiné las cosas con ella. Demonios, no entiendo qué está pasando, ni por qué me interesa, ¡La acabo de conocer! Ni siquiera porque he vivido años con ustedes me preocupo tanto de su bienestar." se desahoga. 

A estas alturas, todos estaban ahí ya, escuchando a Cinco con atención, entre todos se miran cómplices y sonríen. 

"Bueno, eso es porque..." Diego toma la palabra "No estás, ya sabes..." se burla un poco "enamorado de nosotros". 

"Cuidado de no ofender a Luther" se burla Klaus, recibiendo un golpe en la cabeza del número uno. 

Todos concuerdan con Diego, y Cinco los mira, incrédulo. 

"No puedo estar "enamorado" de ella" niega Cinco "Yo no siento cosas como esa, apenas la conozco, además" soltó excusa tras excusa "están locos". 

Todos soltaron una pequeña risa, trataron de mil maneras de decirle que era así, que en esas cosas no hay manera de saber o controlar. Cinco no quiso aceptarlo, lo más que pudieron hacer fue hacerlo prometer que, al menos, lo meditaría. 

El Derecho a Vivir (Five Hargreeves)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon