Capítulo 13.

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Y así como fue planeado en la oficina, ejecutaron su plan, su nueva rutina. Todo marchaba tranquilamente, hasta que un día, Lila notó que esa semana que siguió al incidente de Reginald, casi no habían visto a Miranna, sabían que estaba bien, olían su café de la mañana, y se veían en su trabajo como punto de encuentro, pero llegaba directo a dormir y no había podido desayunar junto a ellos, cada día estaba más cerca su examen de egreso y graduación, todo se tornaba más pesado.

Esto vino a la mente de todos un jueves, cuando no olieron su café, ni la vieron en su trabajo a la hora de ir a casa. La buscaban frenéticos por los lugares que frecuentaba. Al ser ella una persona tan rutinaria, temían lo peor.

"¿La encontraste?" Preguntó Lila a Diego cuando volvieron a encontrarse en el parque, él niega con la cabeza, agitado, preocupado, se pasa las manos por el cabello y siguen buscando en otra dirección.

"¿Tuvieron suerte?" Llamó Víktor a Ben y Klaus.

"No, no sé dónde podrá estar, la hemos buscado por todas partes, mira, ahí viene Luther" respondió Klaus, poniendo la mano sobre el hombro de Ben, quien se encontraba pensativo, serio.

"No está en su cafetería favorita, es más, ya cerraron hace mucho" llegó Luther, también preocupado.

Pero el que estaba al borde del colapso por la desesperación (y sin entender por qué) era Cinco. De arriba a abajo y de un lado a otro, recorrió la escuela, regresó al trabajo de Miranna y también revisó un par de veces, el parque, la cafetería, la biblioteca, la tienda donde Miranna compraba su material de trabajo, revisó todo muchas veces, su poder le permitía hacerlo por dentro y por fuera, extraño también fue para él notar que no se cansaba.

Él tenía conocimiento de que la chica había tenido una semana muy difícil y pesada, examen de egreso, graduación, pagos que hacer, gente con la que cumplir en el trabajo, chicas estúpidas molestándola en la escuela. Le preocupaba que todo eso la condujera a una locura. Y también le preocupaba que Reginald o Allison hubiesen hecho algo después de la manera en que Miranna los enfrentó defendiéndolos a ellos.

Una vez más, todos regresaron al punto de encuentro.

"Deberíamos volver a la casa, quizá ella incluso está ahí hace rato" sugirió Klaus.

"¿Y si no? ¿Y si algo le pasó o le hicieron algo? ¿Qué tal si Reginald...?" Cinco ya tenía mil escenarios fatales en su cabeza, y no quería que ninguno se cumpliera. Y todavía no entendía por qué.

"¡Suficiente, Cinco, ella tiene que estar bien!" Todos detuvieron la conversación, Lila sostenía el rostro preocupado de Cinco, quien incluso se entregó a la desesperación finalmente, y lloraba. "No encontramos nada de momento, es muy tarde y hay que regresar a la casa, si no está, mañana continuaremos en distintos lugares" lo abrazó "Pero quiero confiar en que ella está bien".

Tristes, cansados y preocupados hasta la médula, doblaron la esquina en dirección a la casa, cuando Klaus y Viktor levantaron la vista, la casa estaba a oscuras, excepto... la sala. Abrieron mucho los ojos y corrieron a la casa, los demás los seguían preguntando qué pasaba.

Entraron a la casa con prisa, con esperanza. No creían lo que estaba frente a ellos.

Música a todo volumen, no sabían de música en este universo, Miranna estaba bailando por toda la sala, o brincando, o ambas, con una cerveza en la mano, parecía totalmente desatada.
Terminó la canción, y al parecer, también la cerveza que en ese momento sostenía la chica, bajó del sofá, y en lo que regresaba con la siguiente, delante de las miradas de todos, comenzaba la siguiente canción.

El Derecho a Vivir (Five Hargreeves)Where stories live. Discover now