Capítulo 26

11.6K 625 133
                                    

Dos meses después…

Aaron 

—¿Te vas a bajar del auto o vamos a seguir mirando como idiotas fijamente por la ventanilla?

No tardo en ponerle mala cara. Si no fuera porque había insistido hasta hartarme no lo habría traido.

Lo ignoro rotundamente y miro de nuevo hacia el exterior, recordando lo que quería decirle y que había repasado unas cuantas veces mentalmente. Había sido idea de mi terapeuta venir hasta aca para hablar, pero tampoco voy a negar que muchas veces había pensado en hacerlo para cerrar esta etapa tan mala de mi vida y dejar todo atrás así poder comenzar las cosas bien y en tranquilidad con Liz. 

Aunque nos estaba yendo bastante bien, eh. No quería ser un presumido pero al parecer sí que soy un buen novio. La suelo cagar pero no hay nada que una docena de Donuts caseras no arregle. 

—Aaron —volvió a hablar Seth, esta vez con un tono de voz más preocupado—. Si aun no te sientes preparado no hace falta que lo hagas, puedes esperar hasta estarlo.

—No es eso, solo estoy…recordando lo que vine a decirle.

—¿Vas a perdonarla?

Miro de nuevo el edificio lejos de la urbanización en dónde se encuentra Valentina. Habían decidido internarla por problemas psicológicos y hasta que no termine con la rehabilitación no se sabía qué iba a suceder con ella por haberle disparado a Liz. Aunque los padres de Liz siguen diciendo que van a ocuparse de ello. Estos dos últimos meses se han mostrado más interesados en su hija y creo que la conversación que tuvieron con Liz en el hospital —conversación por la cual la encontré llorando luego de que ellos dejaran la habitación— funcionó bastante.

—No creo que vaya a perdonarla. Hizo muchísimas cosas malas para herirme a mi y también a Liz. No tengo porqué perdonar todas esas mierdas. Solo quiero dejar todo esto atrás y listo. De a poco voy dejando de guardarle rencor, pero eso no quiere decir que vaya a perdonarla.

A pesar de que mi terapeuta me había dicho que era mejor perdonar para poder sanar y seguir, yo no lo veía de esa manera. A veces era imposible perdonar a una persona que te había hecho tanto daño y que era consciente de ello. 

Puede que suene como un cabrón, pero no se merecía que la perdonase.

Y perdón a mi terapeuta pero tampoco iba a hacerle caso.

Eso, sigamos pagando las consultas para que tu no le hagas caso.

Mire de reojo a Seth, que me sonrío dándome ánimos. Sé que muchas veces digo que es un grano en el culo —el cual lo es— pero sin su ayuda y apoyo no podría haber superado varías de mis mierdas. Siempre ha estado ahí para mí hasta cuando a veces era un cabrón con él y agradezco que no haya decidido irse. 

También agradezco que me haya obligado a alquilar mi habitación porque si no fuese por él, no habría conocido a mi chica pecosa.

—Pues, ahí vamos.

***

—Hola, Aaron.

Alzo la vista hacia ella y me sorprendo por la persona que tengo frente a mí y que no se parece en nada a la que vi hace ya poco más de dos meses. Comenzando porque su rostro está muy pálido y sus ojeras muy notorias. Además de que lleva el pelo más corto y viste ropa holgadas y oscura, nada que ver a la ropa ajustada y de colores que siempre usaba.

La chica que siempre lucia extremadamente arreglada era una sombra de la chica de ahora.

—Hola, Valentina —la veo sentarse frente a mí y juguetear nerviosa con sus manos. Cabe destacar que también me sorprende que no me este atacando con palabras hirientes o gritando, aunque creo que eso se trata porque esta bajo los efectos de algún medicamento que le suministran— ¿Cómo has estado?

Noches de inviernoWhere stories live. Discover now