Capítulo 6

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Yoongi miraba a Jimin en shock. Cuando el rubio empezó a besarlo, casi pierde la cabeza. Jimin sabía tan bien. Quería besarlo hasta que ambos se desmayaran. Pero si él sucumbía a su deseo, sabía que no podría ser capaz de detenerse con un beso.

Iba a quererlo todo, cada centímetro del cuerpo de Jimin. Y eso no iba a desaparecer en ese momento. La decisión sobre darle tiempo para que se conocieran se le estaba saliendo de las manos. Jimin sería suyo. Pero verlo alejarse, sabiendo que creía que había sido rechazado, era más de lo que podía manejar. «Él está sufriendo». Pensó. Y todo era por su culpa.

Yoongi llegó detrás de Jimin y presionó su cuerpo apretadamente contra el de él. Lo tomó por su cabello y le giró la cabeza, pegando los labios con los suyos. Envolvió su otra mano alrededor de la cintura del más bajo y empujó su cuerpo contra el de él.

No solo besó a Jimin. Él lo devoró. Su lengua recorrió los belfos del rubio antes de empujarse al interior, demandando entrar, explorando cada centímetro de la caliente boca de dulce sabor. Sintió que Jimin empezó a romperse, lentamente al principio, después fue como si se quebrara un dique.

Jimin se abrió, empujándose a ese beso con absoluto abandono. La polla de Yoongi se endureció contra la cadera de Jimin mientras se empujaba. «Celestial», pensó. El más bajo gemía y gruñía mientras se empujaba contra él.

Yoongi sabía que Jimin no podía evitar sentir su erección presionando contra él. Mientras movía su mano de la cintura a la ingle de Jimin, se preguntaba si encontraría la misma dureza en el eje en sus jeans.

¡Maldición! Jimin estaba tan duro que su cierre casi explota. Yoongi lo acunó en su mano y presionó suavemente al principio y después con mayor presión. Cuanto más duro lo presionaba más pegado parecía estar. Era tan malditamente receptivo.

—Y-yoon, déjame correrme… —Jimin murmuró contra los labios del pelinegro mientras empujaba su polla contra la mano de éste.

Yoongi no estaba seguro de que Jimin se hubiera dado cuenta que había hablado en voz alta.

Separó sus labios de los del rubio y los llevó a su oreja. —¿Cómo tienes que pedir lo que quieres? —demandó.

—Por favor… —Jimin murmuró.

—¿Por favor, qué?

—Por favor, Señor, por favor déjame correrme. —pidió Jimin.

Yoongi mostró una gran sonrisa y bajó el cierre de los pantalones del más bajo, sacó su polla y envolvió su mano alrededor del eje. Su pequeño merecía una recompensa por pedirlo tan encantadoramente.

—Bien hecho bebé, —dijo Yoongi contra el lateral del cuello del rubio—. Ahora córrete para mí, Jimin.

Como si fuera su pista, Jimin lanzó la cabeza hacia atrás mientras se empujaba en el fuerte agarre de Yoongi. Gritó mientras se corría, cubriendo la mano del pelinegro con su liberación. Yoongi siguió acariciándolo hasta que colapsó contra él.

Levantó a Jimin en sus brazos y lo llevó a la habitación. Lo dejó en la cama y rápidamente le quitó sus zapatos, jeans y finalmente su camisa. Entonces hizo una pausa para estudiar su premio.

«Impactante», pensó. Hombros bien formados, pecho fuerte, abdomen plano. No era enormemente musculoso pero estaba bien definido. Y sus piernas eran tan hermosas que no podía esperar a sentir que envolvieran su cintura mientras jodía el apretado culito de Jimin. Había babeado sobre eso el tiempo suficiente para saber que era perfecto.

Rápidamente se quitó su ropa, sacó un condón del bolsillo y subió a la cama entre los pies del más bajo. Tomó sus tobillos mirándolo a la cara. Jimin simplemente lo veía fijamente, con esos hermosos ojos miel profundo muy abiertos, sorprendido.

DOMINACIÓN Y SUMISIÓN. ➸yoonminWhere stories live. Discover now