Capítulo 9

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Había pasado una semana desde que Yoongi había dejado el apartamento de Jimin para que pudiera pensar acerca de lo que habían conversado. Él sabía que le estaba pidiendo mucho pero no tenía ninguna duda de que si Jimin aceptaba su proposición ellos podrían construir una gran vida juntos.

Trataba de ser paciente pero la espera lo estaba matando. Jimin y él hablaban por teléfono cada noche, pero no habían visto al otro en todos esos días. En parte a causa del trabajo, y en parte porque Jimin le pidió que le diera algo de espacio y tiempo para pensarlo.

Yoongi quería darle el tiempo que necesitara para decidir pero la espera lo estaba volviendo loco. Era más difícil hacer su trabajo porque no podía dejar de pensar en Jimin.

No quería perderlo. Comenzaba a pensar que él había pedido demasiado. Quizás debería de mantener sus fantasías de D/s para sí mismo. Quizás solo debería de pedirle una cita y olvidarse de todas las cosas de ser dominante.

Lanzó la pluma al escritorio, se puso de pie y caminó hacia la ventana para ver el cielo lleno de estrellas. ¿Qué si Jimin decide que es demasiado y que no quiere estar con él? ¿Qué podría hacer entonces? ¿Cómo podría renunciar a Jimin ahora que ya había saboreado lo que podría ser su vida juntos?

—Hola, Señor. Le traje la cena.

La cabeza de Yoongi giró de golpe cuando oyó la dulce voz de Jimin. Su respiración se quedó atrapada en la garganta ante la visión frente a él. Jimin estaba vestido sencillo como siempre... unos jeans deslavados, una camisa de botones azul pálido y mocasines. Se veía impactante como siempre.

Pero la sexy sonrisa en su cara era lo que realmente le quitaba el aliento. Jimin llevaba una pequeña canasta de picnic en sus manos, sus hermosos ojos miel lo veían hambriento. Se veía vacilante, como si estuviera inseguro de ser bienvenido.

—Hey, bebé, te extrañé. —Yoongi dijo mientras cruzaba el cuarto y llegaba frente a Jimin. Se apresuró a pasar sus dedos a través de los cabellos rubios del más bajo y bajarlos por un lado de su cara. El corazón de Yoongi latió el doble cuando Jimin giró su cara hacia su palma. Los ojos de Jimin se cerraron y brevemente lo miró de nuevo.

—También te extrañé, Señor —murmuró Jimin. Sostenía la canasta en sus manos cuando se alejó y se dirigió al escritorio de Yoongi—. Traje tu cena.

—Oh, ¿sí? —el pelinegro preguntó mientras seguía a Jimin al escritorio—. ¿Qué me trajiste?

Jimin giró la cabeza y le sonrió.

—Creo que te gustará.

Yoongi vio a Jimin sacar dos platos, dos vasos y dos servilletas rojas y las dejó en el escritorio. Entonces sacó varios contenedores de plástico y también los dejó en el escritorio. Finalmente sacó un par de velas rojas y dos candelabros de cristal.

Al ver las velas, levantó una ceja, se rió cuando Jimin se ruborizó y se encogió de hombros. Mientras el rubio acomodaba la cena, Yoongi fue al escritorio y sacó unas cerillas y encendió ambas velas.

Se giró para ver que Jimin miraba alrededor del cuarto. Min se sentó detrás del escritorio.

—¿Qué sucede, bebé?

—Necesitamos otra silla.

—No, no la necesitamos. Tú puedes sentarte en mi regazo —dijo mientras agarraba al rubio de la cintura y lo acercaba hacia él—. Ahora, ¿qué hay para cenar?

Yoongi se rió mientras Jimin giraba los ojos.

—Pollo a la Cordon Blue, pasta con queso cheddar, y vegetales mixtos. De postre tenemos pastel de chocolate Diablo Negro. —Jimin comenzó a abrir los contenedores y a servir la comida.

DOMINACIÓN Y SUMISIÓN. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora