Epílogo

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—¿Estás seguro que estás bien?

Jimin giró los ojos. Si Yoongi le preguntaba eso una vez más, gritaría. Después de cuatro días en el hospital, había regresado a casa con el pómulo fracturado y numerosos hematomas. Pero eso había sido hace más de un mes.

—Sí, Yoongi. Estoy bien.

—Jimin...

—Yoongi, estoy bien, lo juro —se giró y levantó la cara para que lo viera—. Ves, no está hinchado ni nada, ni siquiera he necesitado tomar pastillas para el dolor en una semana.

Yoongi frotó con su mano la mejilla opuesta a la lesión de Jimin.

—Lo siento, bebé, solo me preocupas.

—Lo sé, y aprecio eso, lo hago. Pero si me preguntas una vez más si estoy bien, yo voy a tomar la paleta y usarla en ti.

—Bien, bien —se rió—. No te preguntaré más si estás bien.

—Lo prometo, si siento el más ligero hormigueo de dolor, serás el primero en saberlo —se acurrucó contra él—. Ahora, ¿no deberíamos estar preparándonos para ir al club de Taehyung? Es mi primera noche de salir fuera desde que llegué a casa, y quiero algo de diversión.

—Bien, bebé. Tienes que cambiarte de ropa, lo dejé en la cama —Yoongi dijo mientras retiraba el cabello de la cara de Jimin—. Tengo algunas cosas que preparar.

—¿En serio? —sonrió—. ¿Cómo qué?

—Si te digo qué, no sería una sorpresa —se rió. Giró a Jimin en sus brazos y lo empujó hacia la habitación, palmeando su trasero mientras se alejaba—. Ahora ve, antes de que yo use la paleta contigo por desobediente.

—Promesas, promesas… —Jimin se rió evadiéndose juguetonamente de él, se apresuró a llegar a la habitación.

Justo como había dicho Yoongi, su ropa estaba esperándolo en la cama. Levantó los pantalones y acarició con sus dedos la suave piel negra. «Muy lindo».

Bajo los pantalones, estaba la camisa doblada. Dejó los pantalones a un lado y levantó la camisa.

—Wow. —dijo viendo la brillante tela negra. Podía ver a través de ella.

Jimin se rió. La ropa era básicamente perfecta. Dejó la camisa en la cama y se quitó la bata de baño dejándola caer al suelo. Le tomó solo un momento vestirse a pesar de que el ajustado pantalón de piel fue un poco difícil de subir.

Parado frente al espejo de cuerpo completo, se revisó. No se veía nada mal, se dijo a sí mismo. El pantalón de piel negra se aferraba a su trasero como una segunda piel. Asombrosamente, también hacían que sus piernas se vieran más largas.

La brillante camisa negra era lo suficientemente oscura para que el espectador imaginara lo que estaba abajo, al mismo tiempo que le daba una sugerente muestra del cuerpo que escondía. Apenas podía dejar ver los anillos de sus pezones a través de la tela.

—Hey, Yoongi —dijo caminando hacia la sala—. ¿Qué zapatos debería de usar con es... —se detuvo en seco. Yoongi estaba de pie en la entrada del apartamento, hablando con el policía a cargo del caso contra su padre.

—El detective Chae quiere tener unas palabras con nosotros, Jimin. —dijo Yoongi.

Jimin sintió un frío estremecimiento recorrer su espalda. Excepto cuando la policía lo había interrogado en el hospital y cuando él había ido a la estación de policía a firmar la declaración contra su padre, no había sabido nada más de ellos.

Había empujado todo eso al fondo de su mente, prefería no pensar en eso. Solo quería que todo terminara y no tener que tratar con nada de eso.

Clásica evitación, sí, pero a él no le importaba. Hasta donde a él le concierne, su padre era un monstruo, y podría sentirse un hombre afortunado si nunca lo veía de nuevo. Extrañaba al resto de la familia, pero ellos no habían tratado de contactar con él desde que había dejado la casa. Imaginaba que ellos pensaban de la misma manera que su padre.

DOMINACIÓN Y SUMISIÓN. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora