Capítulo 16

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Su cuerpo colapsó por el dolor que irradiaba a través de su cara. Cerró los ojos para protegerse de los puntos negros frente a ellos, inclinó la cabeza contra el borde del sofá. Oía a Yoongi gritar, pero el sonido parecía venir de una gran distancia.

Un momento después se oyó un "crash" y varias voces más gritando. Ignoró todo eso, no le importaba lo que le sucediera a su padre. La palpitante agonía que recorría su cabeza le decía que probablemente algo se había roto.

Solo quería que todo se alejara, el ruido, los gritos, el dolor. Entonces repentinamente, el cuarto se quedó en silencio. Abrió los ojos y vio alrededor. Estaba impactado con lo que vio.

Taehyung y dos policías uniformados detenían a Yoongi. Sus manos en un puño, sus dientes apretados, mientras le gruñía a su padre. Instintivamente sabía que si Yoongi estuviera libre, su padre estaría muerto.

Hyungsik, por otro lado, estaba esposado y le leían sus derechos. Seguía gritando cosas a diestra y siniestra acerca de que Yoongi había prostituido a su hijo, que lo vendía por drogas, que ni siquiera era gay. Un oficial de la policía asentía y tomaba nota de todo lo que decía.

—¿Jimin?

Jimin logró ver a Jungkook arrodillado a su lado. Trató de sonreír, gimiendo cuando el dolor se disparó de su cara. Sentía como si alguien hubiera encajado un clavo de ferrocarril en su mejilla. Su estómago se revolvió.

—¿Estás bien, Jimin?

Trató de hablar pero el dolor se disparó de su cara y cerró la boca. Sacudió la cabeza y estrellas aparecieron detrás de sus párpados. Por un momento temió desmayarse, se aferró a la pierna de su amigo.

—¿Yoongi? Creo que Jimin necesita ir al hospital. —Jungkook gritó.

—¿Jimin? —dijo Yoongi, su voz llena de preocupación.

Jimin levantó su mano, esperando que Yoongi la sostuviera, no podía hablar.

—¡Maldición, déjenme ir! —Yoongi gritó mientras luchaba por liberarse de Taehyung y dos oficiales—. Jimin me necesita.

—¿Te comportarás? —preguntó Taehyung.

—Mi bebé me necesita.

Un momento después, Yoongi estaba arrodillado al lado de Jimin y tomaba su mano.

—Hey, bebé, ¿cómo estás? —preguntó—. Parece que tienes un gran ojo morado aquí. ¿Te duele en algún otro lugar aparte de la cara?

Lenta y cuidadosamente sacudió la cabeza. Apretó la mano de su pareja, entonces la llevó a sus labios, no podía besarla, pero podía presionar los labios contra la palma de Yoongi.

—Te amo, bebé —dijo Yoongi—. Los paramédicos están en camino. Te llevaremos al hospital y estarás como nuevo en un momento. Después de que estés mejor, quizás visitemos a Taehyung y Jungkook en el Kim’s Dungeon. ¿Te gustaría eso?

Jimin apretó su mano. Esperaba que supiera que él estaba diciendo que sí. Sonreír no era opción. Eso dolía demasiado.

—Solo cierra los ojos, bebé. Los paramédicos estarán aquí pronto.

Apretó su mano de nuevo y dejó que sus ojos se cerraran. Sabía que Yoongi cuidaría de él, lo mantendría seguro, incluso de su padre.

Yoongi acunó la pequeña mano del rubio entre las suyas mientras veía cómo cerraba los ojos. No podía creer la cantidad de daño en la cara de Jimin. Algo se había quebrado. Sus ojos estaban completamente cerrados por la hinchazón y sangre salía de su labio.

Nunca había estado tan agradecido de ver a alguien como cuando vio a los paramédicos llegar y apresurarse a tratar a Jimin. Se quitó del camino, pero se rehusó a soltar la mano de Jimin. Necesitaba la conexión, la línea vital con su bebé.

—¿Va a estar bien? —Yoongi preguntó a uno de los paramédicos.

—Es demasiado pronto para decirlo, señor, pero creo que estará bien. Necesitamos llevarlo al hospital para hacerle algunas radiografías. Puede tener algo roto. Los doctores nos dirán más una vez que lo examinen.

—Señor —el otro paramédico habló mientras empujaba la camilla a lado de Jimin—, necesitamos que deje su mano para poder transportarlo.

Yoongi renuentemente soltó la mano y vio cómo lo subían a la camilla. Se apartó y vio que empujaban la camilla.

—¿Puedo ir con él? —preguntó, odiando alejarse de él incluso por un momento.

—Necesitamos hacerle algunas preguntas primero, señor Min —uno de los oficiales respondió—. Luego podrá unirse a su socio en el hospital. Nosotros lo llevaremos si usted quiere.

—No, puedo conducir o mi amigo me llevará —vio la camilla salir del apartamento, entonces se giró hacia el oficial—. ¿Podemos apresurarnos con eso? No quiero dejarlo solo mucho tiempo.

—¿Puede decirnos qué sucedió? —preguntó el oficial.

—Aun no estoy seguro de saberlo. El padre de Jimin le estaba ordenando que regresara a su casa y se casara con la hija de su socio de negocios o algo así. Empezó a acusarlo de que le lavaron el cerebro, de que estaba metido en drogas y vendiéndose.

El oficial de policía asintió, tomando notas, aparentemente intentaba tener todos los detalles.

—¿Alguna de esas acusaciones está fundamentada?

—Dios, no. El padre de Jimin odia el hecho de que sea gay. Parece que cree que yo lo corrompí y lo forcé a entrar a una vida de adicción a drogas y esclavitud sexual. Incluso me acusó de secuestrarlo.

El oficial levantó una de sus cejas mientras lo veía intensamente a los ojos.

—Puedo asegurarle, oficial, que Jimin está aquí por su propia y libre voluntad. Nosotros estamos viviendo juntos desde hace un par de meses. Ese hombre solo se pasó del límite.

El oficial de policía hizo unas notas más, entonces cerró la libreta.

—Muy bien, señor Min, hablaremos con su pareja en el hospital y regresaremos con usted. Si tiene más problemas con el Señor Park, o alguna pregunta, por favor llámenos.

Yoongi tomó la tarjeta que el oficial le ofrecía y la colocó en el interior del bolsillo del pantalón de su pijama. A él realmente le importaba poco todo eso ahora. Solo quería vestirse e ir al hospital lo más rápido posible.

Él vio sobre su hombro a Hyungsik, los policías lo guiaban fuera del apartamento. Si hubiera tenido diez segundos antes de que llegara la policía hubiera podido convertir al hombre en una masa sanguinolenta, pero no logró darle ni un solo golpe.

En el momento en que Hyungsik había golpeado a Jimin, se había abalanzado hacia él. La única cosa que lo salvó fue que Taehyung se interpuso entre ellos. Eso no lo hubiera detenido excepto que la policía llegó en ese momento.

Él había sido detenido mientras su amigo explicaba la situación a los policías. No fue hasta que Jungkook había dicho algo acerca de que Jimin necesitaba ayuda que la razón regresó a su cuerpo y se dio cuenta que su bebé estaba seriamente lastimado.

Se sintió un total tonto por no verlo desde el principio. Jimin debió ser su prioridad, no atacar a su padre. No es que el hombre no mereciera eso. Había atacado a su hijo.

Hasta donde le concernía, el hombre podría pasar mucho tiempo en la cárcel, pero tenía pensado hacer que se pudriera en la cárcel por el resto de su vida. Pero primero, tenía que traer a Jimin a salvo a casa, que es donde pertenecía.

Si Jimin era realmente afortunado, Yoongi podría permitirle apartarse de su vista en, digamos... diez o veinte años.











Fin.





DOMINACIÓN Y SUMISIÓN. ➸yoonminWhere stories live. Discover now