Capítulo II

2.6K 289 17
                                    

La noche había caído en aquel bosque, haciendo casi imposible el moverse a través de él. El dúo de supervivientes optaron por seguir el viaje al amanecer, cuando era posible moverse con la luz solar iluminando la oscuridad de aquel sitio.

El híbrido sería quien dormiría primero, por otro lado el alfa era quien encargaría de cuidarlo de cualquier amenaza, nunca sabían cuándo podría llegar a aparecer un grupo de supervivientes como ellos pero debían estar preparados para evitar sorpresas desagradables.

El híbrido no tuvo problemas con acostarse en el piso, teniendo debajo suyo únicamente una suave manta, era incómodo pero necesitaba descansar. Usaba de almohada su mochila, la cual cumplía relativamente bien esa función.

El ente simplemente caminaba muy cerca del híbrido, moviéndose con cuidado, atento ante cualquier ruido pero no se oía nada. Un silencio aterrador invadía aquél lugar, un silencio incómodo por lo extraño que se sentía.

Si no fuera por su compañero posiblemente no seguiría con vida, no porque este le hubiera salvado literalmente la vida, pero su compañía y presencia, a largo plazo, lo mantuvo vivo. Libre de perder por completo la cabeza y cometer algún error del que ya no habría vuelta atrás.

Soltó un suspiro pesado, sentía que la oscuridad de aquella noche lo consumía poco a poco y no le agradaba la idea de ser uno con aquello. Rápidamente volvió al lado de su compañero, tenía frío y no podía hacer una fogata porque todo seguía húmedo, ya no había intentado pero fue en vano, solo un gasto de energía que era mejor guardarse.

Lo que no sabía es que cierto osezno se encontraba completamente despierto, incapaz de dormir a pesar del gran cansancio que tenía acumulado, este último rompió el silencio presente con un tono algo apagado.

— ¿Estás bien? Podés dormir vos si querés, no tengo sueño. — Se sentó en el lugar, abrazando sus piernas, mirando como podía a su compañero. Ninguno de los dos estaba con ánimos.

— ¿Ah? Siendo sincero, no creo poder dormir tampoco… Tengo demasiadas cosas en la cabeza. — Aclaró el alfa mientras se sentaba junto a su compañero, quien ahora se abrazaba las piernas.

— ¿Querés hablarlo? — Preguntó sutil mientras su mirada se perdía en la oscuridad de las malezas, no era capaz de distinguir nada y la luna de momento apenas iluminaba.

— Algo así, estoy sintiéndome abrumado por todo. No lo sé, fue demasiado… extraño. — Habló con dolor, le era complicado expresar cómo se sentía, su mente simplemente enredaba las palabras y no llegaba a nada.

— Estuve pensando… sobre lo que aquella noche. — Murmuró el híbrido animal mientras ocultaba su rostro entre sus brazos. — Extraño a los chicos… Desde aquel día tengo miedo de perderte. — Siguió con ese tono de voz bajito, inaudible en condiciones normales pero no era el caso, su voz se escuchaba con perfección entre tanto silencio.

— Eso no pasará, me encargaré de que no pase. — Afirmó mientras se acercaba aún más al híbrido y acariciaba suavemente sus cabellos, enredandolos más de lo que ya se encontraban.

— Confío en vos capo. — Habló intentando sonar más animado, levantando su cabeza para luego acostarse nuevamente, jalando al alfa del brazo acercándolo, obligándolo a acostarse a su lado. — Dormí capo, mañana vamos a tener que seguir caminando. —

El más alto soltó una risa y luego un suspiro. — ¿Y tú? Deberías dormir primero, insisto. —

— Sabía que te harías el difícil, vení, acércate más. — El otro obedeció, pareciendo ser un cachorro obediente a los ojos del latino.

Las manos del omega acariciaron con suavidad el rostro del alfa, sintiendo como este se relajaba ante el suave tacto. Las suaves caricias ahora iban acompañadas de un melodioso tarareó que salía de la boca del osezno, el alfa simplemente no se resistió, se perdió en su mundo.

Pasivo agresivo. - Shadreen Where stories live. Discover now