Capítulo VIII - Sabor a sangre.

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Se miraron en silencio, el híbrido se relamió los labios ansioso. — Gracias. — Murmuró mientras se tocaba el cuello con suavidad. — ¿Estás bien? ¿No te lastimaste? —

— Eso debería preguntar yo, ¿te atacaron entre dos? ¿No te tocaron de más? — Preguntó preocupado el ente. Separándose del omega para relajar la tensión.

— Sí, pero si no llegabas no sé cómo estaría ahora mismo. De solo pensarlo me siento mal. — Suspiro sentándose en el suelo, observando los cuerpos sin vida de los otros alfas. — ¿Qué haremos con ellos? —

— Dejarlos que se pudran ¿tal vez? De todos modos solo eran unos hijos de puta. — Habló mientras analizaba la escena, ninguno parecía estar asustado, ambos miraban con tranquilidad aquellos cuerpos.

Spreen sacó su hacha y se fue acercando al cuerpo de 8cho, analizándolo bien. Cerró sus ojos y suspiró con pesadez para luego cortar uno de los brazos del mismo, manchando no solo el arma sino que también sus ropa y cara. Shadoune lo miró confundido pero lo dejó ser, no le cuestionaba nada, de todos modos ya estaba muerto.

El híbrido de oso escuchó a su estómago gruñir y miro aquél cuerpo, miro sus manos llenas de sangre y se atrevió a lamer aquel líquido rojizo, sabía extraño.

Extrañamente delicioso.

Miró con dudas, buscó su espada por las cercanías y la sujetó con fuerza, decidido a probar algo nuevo, solo era supervivencia.

Agarró aquel brazo que anteriormente había separado del cuerpo y cortó un pedazo de este, una carne poco tierna. Su mirada fue dirigida a Shadoune quién miraba la escena neutral, ninguno de los dos era completamente humano, a ninguno le importaba comerse aquello.

No lo harían como hábito, sólo como supervivencia, necesitaban comer y eso era lo más cercano a obtener comida. El pequeño omega agarró aquel pedazo de carne, parecía un filete y se lo metió en la boca, no tenía nada para cocinarlo.

Sus colmillos lo ayudaron a masticar con mayor facilidad la carne, poco después tragó fuertemente. Pasando su dedo pulgar por los labios para limpiar los rastros de sangre.

— ¿Querés? — Preguntó el híbrido de oso mientras cortaba otro pedazo de carne, acercándose al alfa. Esté último lo miró con duda pero accedió. 

— Una cosa antes, no te asustes si mi forma empieza a variar, te recuerdo que soy mitad demonio y estas cosas pueden afectar mi forma física. — Aclaró para que el argentino no se asuste o lleve una sorpresa desagradable.

— ¿Tu forma física? ¿Qué te van a salir alas, pelotudo? — Comentó bromista, entregando el trozo de carne a su compañero quien primero saboreó aquello. En cuanto su lengua sintió el sabor a sangre fresca sus colmillos se volvieron más filosos y notorios, su lengua se volvió extrañamente más larga, mucho más larga de lo normal.

El híbrido quedó hipnotizado viéndolo comer, hasta que finalmente trago. Se acercó al alfa y le abrió la boca analizándolo, el demonio lo apartó mirándolo con confusión. — Luego de un rato volverán a la normalidad, no te preocupes. —

— ¿Preocuparme? Solo estoy imaginando las posibilidades. — Comentó coqueto pero dejando con más dudas al alfa quien ni siquiera tuvo que hablar para que el oso entendiera su confusión. — Tipo, ahora tenes alta lengua. La podes chupar re bien. —

— ¿Disculpa? — Habló sacado de onda ante el comentario. Pensando que decirle para contrarrestar el comentario. — De todos modos nunca he tenido relaciones con esta forma, ¿quieres ser el primero en el que experimente? — Bromeó, inclinándose hacía el omega, su cola de demonio se movía lentamente de un lado a otro.

Pasivo agresivo. - Shadreen Where stories live. Discover now