Capítulo XVI

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Era de mañana, los rayos de sol entraban por la ventana golpeando directamente sobre el rostro del osezno argentino, que por reflejó tapó su cara con la almohada, ahogando allí mismo un quejido. No quería levantarse pero debía hacerlo, le encantaría dormir más pero no se la podía pasar acostado en la cama.

Se levantó adormilado, sentándose y estirando su cuerpo, un suave bostezo se escapaba de sus labios. Miró a todos lados, analizando donde se encuentra notando la ausencia de cierto ente.

Salió de la cama, dirigiéndose directamente a la cocina, era una mañana un tanto fría pero no le desagradaba. Al llegar a la cocina se encontró con sus amigos, Shadoune incluído.

— Buen día chupa pijas. — Saludó mientras se dirigía al lugar vacío, al lado del alfa argentino. Quién lo miró confundido ante lo escuchado.

— Mira vos, un omega diciéndonos chupa pija. — Comentó burlón, levantándose de su lugar para empezar a prepararle un café al oso. Este soltó una risa por el comentario.

— Es que Spreen tiene gustos más específicos, le gustan las chotas francesas. — Ahora el oso fruncía el ceño fijando su mirada en el híbrido de pony, quien lo miraba juguetón, invitando al oso a un duelo de puteadas. El francés reía ante la escena, le gustaba ver el rostro del argentino ponerse rojo cuando hacían comentarios así.

— Cerra el orto, mínimo si quiero puedo comerle la pija a alguien, vos estás más solo que la mierda, feo nadie te quiere dar. — Le saco la lengua para luego voltear a ver a Shadoune. — Vos apoyame hijo de puta, decile que no te como la pija. —

— No pienso meterme, después la culpa la tendré yo. — Sonrió levemente, mirando al argentino que ahora le sacaba el dedo del medio. — Cris tiene razón, a Spreen le encanta mi pija. — El argentino abrió la boca indignado al ver que se ponía del lado del beta, el cual ahora no podía evitar reírse. El otro alfa de la sala soltaba risas suaves, ahogando las que podía.

— Así quedamos, ya vas a ver francés boludo. — Habló negándose a mirarlo, frente suyo alguien dejó un café, Farfa ya le preparó aquella bebida para que desayuné algo.

— Uh, se me hace que no la vas a poner más, Shadoune. — Se integró a la conversación el caballero de netherite, le hacía gracia como se bardeaban por boludeces.

El osezno bebía tranquilo su café sin negar las palabras que dijo su compañero, ya había planeado vengarse dejando sin cariño al francés, lo complicado sería negarse a recibir besos o abrazos, posiblemente no duraría ni dos minutos.

— ¿Tu creés? Spreen ya se me anduvo insinuando. — Hubo silencio, Spreen estuvo a nada de escupir el café al escuchar eso. Dejó la taza sobre la mesa, las tres miradas de los otros sobre él.

— Shadoune. — Habló seco, mirando al nombrado con una leve sonrisa en sus labios. — Farfa, Shadoune me tocó de más cuando aún viajabamos. Cagalo a piñas. — Le hizo ojitos de cachorro al alfa argentino, para luego mirar al francés serio.

— Tu también lo hacías Spreen, ¡no te hagas! — Se defendió con desesperación, no tenía ganas de pelear contra Farfadox, mucho menos cuando el caballero estaba en forma y él ya no tanto.

— Yo digo que vayan a la habitación y ahí solucionen sus problemitas. — Propusó el beta, levantándose de su asiento mirando al alfa argentino. — ¿Vamos capo? Ya nos toca ir a laburar. —

— Cierto, se nos va a hacer tarde. Se cuidan ustedes dos. — Hablo el alfa argentino, saliendo de la cocina seguido por Cris, dejando al dúo solitos.

— Shadoune, espérame, ya vengo. — Salió de la cocina el oso, fue a su habitación donde buscó el walkie talkie que aún se encontraba bien y regresó a la cocina, sentándose junto al ente. — Mira lindo, ¿vos decís que nos hablen? — El ente casi no logra procesar la pregunta por haberse centrado en el apodo.

Pasivo agresivo. - Shadreen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora