Capítulo XIX - Ardiente pasión.

4.1K 280 182
                                    

El tiempo siguió transcurriendo con normalidad, las citas entre ambos chicos no faltaban, al igual que los cariños y besos que ya se empezaban a dar en público.

Dos meses habían pasado desde que eran oficialmente novios, tres desde que empezaron a salir. Y hasta entonces no se atrevieron a llevar el asunto a la cama, el celo de Spreen fue reprimido por el mismo con supresores, aúnque el mismo dijo que no solía hacerlo.

Por otro lado, el alfa en los últimos días tenía pensamientos obscenos cuando se encontraba a solas con el híbrido, su deseo sexual empezó a aumentar y eso lo extrañaba. Todo quedó en claro cuando un día despertó sin ver al osezno a su lado, posiblemente este se despertó a tiempo y él se quedó dormido de más pero lo agradeció.

No pudo ni dar dos pasos ya que sintió un enorme calor invadir todo su cuerpo, especialmente su parte baja donde ardía con mayor intensidad. Un gruñido se escapó de lo más profundo de su garganta, estaba en celo.

El dulce aroma a omega en la habitación lo empezó a volver loco, apretó las sábanas con fuerza ante el deseo de tener al osezno delante suyo, quería tocarlo más que nunca, quería acostarse con él.

Su cuerpo, híbrido de demonio, se alteraba con pensamientos tan impulsivos; sus uñas de sus manos crecían un poco más, los suficientes como para rasguñar sin problema, sus colmillos se hacían más filosos. Estos últimos picaban ante la idea de morder al omega, la blanquecina piel de su omega.

No podía pensar con claridad, negándose a salir de la habitación para no cruzarse con alguien y pelearse o peor aún, no saber controlarse. Golpeó con fuerza la pared del dormitorio, sonido que se hizo escuchar por toda la casa.

Cierto alfa argentino, alarmado, fue a revisar, abriendo un poco la puerta para ver qué pasaba. Se dió cuenta de inmediato que el europeo se encontraba en celo, actuaba de manera agresiva en un intentó de controlar sus impulsos.

Cerró aquella puerta y fue junto con el beta, miró por la ventana buscando al osezno que vivía con ellos.

— Che Cris, ¿viste a Spreen? Su novio anda en celo, tené cuidado. — El peli-rosa miró a Farfa y se quedó pensando, tragó suavemente lo que tenía en la boca para poder hablar.

— Creo que dijo que iba con Roier, va a traer el olor de ese chabón. Capaz que se altera aún más el francés. — Farfa miró con cierta preocupación, salió de la casa para ir a la de su vecino y efectivamente allí estaba ese osezno conversando con el trío de mexicanos.

— Eu capo, ¿podés venir? — Preguntó el caballero de netherite, sin importarle mucho el haber interrumpido la conversación. El argentino volteó a ver a su amigo y asintió, alejándose del grupo con un "Ya vengo".

— ¿Pasó algo? — Su voz se oía levemente preocupada, no era usual que aquel alfa lo buscará y pasaba rara vez.

Shadoune, está en celo, ¿No sabías? — El argentino entró en estado de alerta, sus orejas se tensaron al oír que su pareja se encontraba en celo.

Volteó a ver al trío de mexicanos, acercándose a los mismos con nervios. — Che me surgió algo, me tengo que ir. Otro día hablamos. — A su suerte no recibió preguntas, pudo retirarse de allí acompañado por Farfadox. Este último notaba como el osezno estaba tensó.

— No hace falta que te acuestes con él, no te obligues a hacerlo. — Rompió el silencio, el azabache soltó un suspiro acalorado. Mordiéndose el labio inferior ansioso.

— Quiero hacerlo, solo que nunca me acosté con él y menos durante el celo. Solo estoy nervioso… ¿Vos salís con Cris? No me gusta mucho la idea de que me escuchen en pleno acto. — Sus orejas ahora estaban bajas, mostrando su vergüenza ante la situación.

Pasivo agresivo. - Shadreen Where stories live. Discover now