Capítulo final - Dulce amor.

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El plan de hacerse una casa era el objetivo principal de ambos chicos, una casa donde ambos convivirán por lo que tenía que ser ideal para ambos. Tenían una zona donde construirían, el argentino sería el encargado de dicha construcción mientras que su pareja se encargaría de los materiales.

El primero amaba hacer planos, más si era para construcciones propias a las cuales les daría un uso. Una casa espaciosa pero no extremadamente grande, donde el espacio podía ser fácilmente desaprovechado y hasta contraproducente.

Mostraba sus ideas, bocetos y demás al francés quién daba consejos o aportaba algún cambió que él haría, después de todo debía ser el ambiente perfecto para ambos.

El terreno de construcción estaba cerca de las viviendas de los argentinos y mexicanos, no deseaban alejarse de allí ya que realmente era una buena zona. Además ya estaban encariñados con vários conocidos del área.

Cada mañana el omega se levantaba animado, desayunaba con el dúo de argentinos y su pareja, todos salían al mismo tiempo para iniciar con sus trabajos o actividades diarias. Él iba directamente al terreno donde sería su casa, poniéndose manos a la obra, empezando siempre por los cimientos y entrada del hogar.

El proceso iba lento pero seguro, haciendo retoques para que quedará como a él le gustaba. Construir le traía cierta sensación amarga cada cierto tiempo, recordando como su compañero ya fallecido era quién más lo ayudaba con la crítica a sus construcciones.

Miraba con duda lo poco que había construido, sin estar del todo convencido de cómo iba quedando. Tomaba distancia para tener mejor perspectiva de su construcción, escucho unos pasos detrás suyo, volteando a ver quién era.

— Llegaste en el mejor momento lindo, ¿me podes decir que te parece? — Pidió, volteando nuevamente a observar su construcción, algo no le cuadraba pero no tenía muy en claro el que.

¿Por qué pone "AAA"? — Preguntó inofensivamente, dudoso de lo que su novio quería hacer, el argentino volteó a verlo con el ceño fruncido.

— Dios, no son As — Se quejó, yendo rápidamente a modificar su construcción, ahora se aseguraría de darle más detalles para evitar su problema con construir letras "A" por error.

El ente soltó una risa al ver su reacción, dejó en un cofre algunos materiales junto a alimentos, estos eran una sorpresa para el osezno. Finalmente gritó despidiéndose de su novio para luego volver a lo suyo, haciendo pequeños encargos y trabajos que le eran dados.

Unas horas después, el osezno miraba su avance con orgullo. Ya era lo suficientemente tarde como para volver a la casa, al día siguiente seguiría con aquella construcción. Se encaminó a la casa llegando a la misma a los pocos minutos, una vez llegó fue directamente a darse un buen baño.

Luego de ya sentirse mejor fue a la cocina a hablar con los otros argentinos, su novio aún no llegaba lo que le extrañaba un poco pero tampoco le dió mucha importancia, era algo usual que se desapareciera por bastante tiempo.

[...]

Los días transcurrían bien para la pareja, su relación no presentaba problemas más allá de las quejas del ente al no recibir sus besos de buenas noches. Sus citas eran menos frecuentes ahora que ambos se encontraban haciendo algo la mayor parte del tiempo.

Spreen estaba sumamente metido con la idea de su casa, día tras día trabajando la misma para que sea lo más acogedora posible, había día donde salió herido pero nunca era algo realmente grave.

Por otro lado, Shadoune trabajaba gran parte del día, desde temprano hasta muy tarde, ayudando a todo el que pudiera. La misma rutina alteraba su mente, no tener tanto tiempo para estar con su omega no era realmente de su agrado pero no podía simplemente quedarse sin hacer nada.

Pasivo agresivo. - Shadreen Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon