Capítulo 6: El Precio de la Traición.

234 48 22
                                    

El horizonte se teñía de a poco de colores entre naranja, amarillo y rosa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El horizonte se teñía de a poco de colores entre naranja, amarillo y rosa. Había caído el atardecer y él se la había pasado horas mirando un simple punto muerto en el cielo, divagando en sus propios pensamientos mientras evadía la realidad.

Aún no podía creer que era libre al fin, pero que el precio de su libertad fuese a costa de la vida de Aioros de Sagitario no le supo tan agradable como imaginó. Una vida por otra jamás estuvo en sus planes, pero el sentimiento de culpa cuando un aparentemente feliz Aphrodita le reveló la noticia, se aferró con fuerza a su pecho, oprimiéndolo lenta y tortuosamente hasta cortarle el aliento.

Respirar sin sentir pena y arrepentimiento se ha vuelto muy difícil; una carga más de remordimiento se ha sumado a su corazón, volviéndolo tan blando que inclusive comienza a asustarse.

Inconcientemente, condenó a Aphrodita a cometer un pecado tan ruin e irreparablemente imperdonable para él mismo. Manchar sus manos con la sangre de un compañero debió ser el mayor de los obstáculos, pero también, el peor de los castigos.

Que su armadura le haya rechazado y posteriormente abandonado es el precio a pagar por semejante acto inhumano. Y aunque Aphrodita está dispuesto a vivir el resto de su vida como un simple humano común y corriente, Camus no puede evitar sentirse fatal consigo mismo.

Si tan solo no hubiese abierto la boca y blasfemeado en contra de Athena, nada de esto estaría pasando. Su deseo egoísta de ser libre, de salir de la prisión en que se había convertido para él el Santuario le cegó a tal punto que actuó con imprudencia y se llevó a mas de uno entre las patas.

La muerte de Aioros fue su propia condena por negarse a ver mas allá del horizonte, por elegir el corazón mas que la razón. Un caballero de Athena jamás debe abandonar a su diosa, pero, ¿era necesario quedarse a su lado cuando ella los abandonó a ellos en su peor momento? Quizás, cegado por la ira, no midió las consecuencias de sus acciones, y arrasó con todo lo que hayó en su paso.

Milo, Aphrodita, Aioros, Death Mask inclusive. Únicamente espera que éste último no se vea involucrado en ese asunto, de lo contrario, con su retorno a Grecia, la ejecución será su castigo.

—¿Cuánto mas piensas seguir aquí, Camus? —Aphrodita se apareció detrás de él con una bella rosa carmín en la mano.

Su corazón dolió al vislumbrar la añoranza y nostalgia que invadieron los preciosos ojos celestes de Aphrodita cada que miraba la frágil rosa que hacía bailar hábilmente entre sus dedos.

—Lo siento —musitó en apenas un hilo de voz, apartando la mirada del ex caballero de Piscis o el remordimiento lo consimiría a tal grado de volverlo una máquina de llanto frente a él.

Aphrodita enarcó una ceja en dirección al tambien ex caballero de Acuario, que poco quedaba de lo que un día fue.

—¿Porqué?

𝑫𝒆𝒔𝒆𝒓𝒕𝒐𝒓 ❥ 𝑴𝒊𝒍𝒐 𝒙 𝑪𝒂𝒎𝒖𝒔 ✔Where stories live. Discover now