Capítulo 14: Dejemos que el Corazón Hable.

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Camus le prestó mucha atención a cada palabra que Milo relataba a detalle, y conforme lo iba escuchando, sus ojos se iban abriendo más y más, perplejo

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Camus le prestó mucha atención a cada palabra que Milo relataba a detalle, y conforme lo iba escuchando, sus ojos se iban abriendo más y más, perplejo.

—¿Me estás diciendo que todo esto fue un maquiavélico plan de Athena para despistar al enemigo y que únicamente Aioros, el Patriarca y ella lo sabían?

—Sí. Pero ninguno de los tres se esperó que la situación se les saliera de control; la misión de Aioros era estudiarte y descubrir si todavía tenías en tu interior el deseo de proteger a Athena y al mundo pero, me temo que tal vez se dio cuenta que ese deseo ya no existía y por eso quisó matarte, como se le había ordenado. No imaginó que Aphrodita, quien desconocía como la mayoría ese plan, se revelara contra él y lo asesinara. Y comprendo, de verdad comprendo como debes sentirte, yo estaba igual de consternado y enfadado cuando Mü me lo contó —la conversación que mantuvieron hace solo unas horas llenó de tristeza a Milo—. Y pensar que él también se ha ido.

—¿Qué dices?

Milo se dio cuenta que Camus, al tener el cosmos apagado, no sabía la última baja que sufrieron.

—Los espectros de Hades entraron al Santuario, Camus. Aioria, el maestro Dohko y yo apenas y logramos salir, pero para nuestro asombro, la cantidad de espectros que combatían contra Mü eran excesivamente ridículas esta vez, no existía forma alguna de que ganara, y a pesar de que interferimos un momento, Mü nos pidió un último favor.

—¿Qué favor?

—Irnos y encargarnos de nuestra propia batalla, él iba a hacer lo propio con la suya —recitó la misma frase que, con una sonrisa enorme, Mü les había dicho, como si estuviese aceptando que moriría, pero al menos, lo haría con honor.

—Como se esperaba de Mü de Aries. Un digno y leal guerrero hasta el final, al menos espero que Athena sepa reconocer su sacrificio y no lo haga sentir un ser insignificante más —escupió con ira, mientras se limpiaba rápidamente una lágrima que corrió por su mejilla.

—¿Aún la odias? —quizo saber Milo, mirándolo sin una sola gota de reproche.

—Mucho.

—¿Porqué?

—Ya te lo dije. Los dioses no son mas que seres egoístas y avariciosos que nunca van a estar conforme con lo que tienen, los humanos nos quedamos cortos a lado suyo. Al menos, nosotros no tenemos necesidad alguna de aparentar lo que no somos, y si alguien lo hace, tarde o temprano tendrá su merecido, ellos no lo tienen. Ser sellados por unos años no es nada para ellos, ni siquiera un castigo porque nunca mueren, siempre regresan con mucha mas fuerza y codicia.

—Quizás tengas razón —resignado, no pudo mas que darle la razón—, pero nacimos para ser caballeros de Athena, ¿qué podemos hacer?

—Cambiar nuestro destino —sentenció con impetuosa determinación.

𝑫𝒆𝒔𝒆𝒓𝒕𝒐𝒓 ❥ 𝑴𝒊𝒍𝒐 𝒙 𝑪𝒂𝒎𝒖𝒔 ✔Where stories live. Discover now